Hace solo
unos días os cansineaba con mis miedos por tener que enfrentar los 32 km de la X Carrera por Montaña de Cuenca.
Hoy, solo una
semana después, no solo hemos corrido y terminado esa carrera, sino que,
además, nos hemos puesto a prueba en otro sentido: el deportivo-solidario.
Santi de la
O, auto-proclamado presidente de nuestro club de fans y técnico de deportes de
Fernán Caballero, nos animaba a participar en una carrera solidaria: el “PROYECTOFORREST 2.0”
Decidimos
echar una mano recaudando lo que pudiéramos gracias a los amigos y miembros del
club (lástima que seamos tan pocos). Además, como nos gusta correr, pensamos que, a pesar de que nuestros
cuerpos no estarían del todo recuperados del esfuerzo del domingo anterior,
correríamos por esta buena causa lo que nos permitieran nuestras fuerzas.
Aleccionando a Ramón para que actuara de líder |
SÁBADO:
Daimiel – Torralba de Calatrava – Carrión de Calatrava – Miguelturra – Ciudad Real
Antes de la salida, en Daimiel |
Luis,
Ramón y yo, llegábamos a Daimiel el sábado a las 8:30. Allí estaban ya varios
miembros del club Saturno de la localidad y del club Extenuación de Valdepeñas,
además de otros corredores. Empezamos a correr al ritmo que marca José María (el valiente FORREST) a 6:15 min/km. Cada uno hace el recorrido que
puede, lo que le permiten sus fuerzas, sus horarios, sus responsabilidades…
Incluso algunos, como Joaquín -del club Extenuación-, al día siguiente
correrían el maratón de Madrid. Sin embargo, allí estaban para trotar unos
kilómetros, animar a José María y colaborar con el proyecto, para, en
definitiva, ayudar a los niños con cáncer y a la asociación AFANION. Por las localidades de
paso (Torralba, Carrión y Miguelturra) se iban uniendo y separando corredores,
con presencia de los clubes de atletismo de éstas. Incluso se unieron algunos
militares de la Base de Helicópteros de Almagro pertenecientes al club BHELA I
(Almagro).
Camino de Torralba de Calatrava |
Al
llegar a Carrión de Calatrava hicimos nuestra primera y única parada (km 23) para que
José María pudiera recuperar un poco su maltrecho peroneo a base de masaje y
antiinflamatorios. Aprovechamos para comer algo, beber agua
tranquilamente y estirar un poco.
Llegando a Carrión de Cva. Fotografía de Ana Estrada, del blog: http://conviviendoconunrunner.blogspot.com.es/ |
Con
fuerzas renovadas nos dirigimos hacia Miguelturra por su magnífica red de
caminos hasta llegar al pueblo en el que, como siempre, no faltaron los
ánimos, uniéndose un buen número de corredores del club Fondistas de Miguelturra y de otros colectivos para “empujar” a José María
hasta la meta en Ciudad Real. Ya en la capital, pasamos por la plaza Mayor que,
a esas horas -las de las cañas- se vieron sorprendidos por un pelotón de
corredores. Como es habitual en esta ciudad, nos animaron como suelen hacerlo:
con caras de extrañeza, sorpresa y sin el más mínimo gesto de satisfacción. No
somos más pijos porque no nos entrenamos. No sé por qué será, pero somos sosos
con el deporte popular hasta la saciedad. Como no sea para ganar la Copa de
Europa, no te anima nadie. ¿Será que somos demasiado importantes para esta
cosillas? Y no sigo, que me caliento.
Al
final, José María se animó y decidió aumentar el ritmo considerablemente en los
últimos kilómetros para llegar a meta tras 4:23 horas y 42,5 km en las piernas,
en la cabeza y, sobre todo, en el corazón.
Esta
etapa fue realizada íntegramente por José María (FORREST), Marcial (del club Fondistas
de Miguelturra) y por Ramón y yo (CDE CorriendoporelCampo). Luis completó como
un valiente los primeros 32 km de la etapa, acudiendo rápidamente a la meta con
María y Carlos para recibirnos.
De Dcha a Izq: Marcial, José Mª (Forrest), Ramón, yo Los dedicos son de Luis |
La
etapa del domingo comenzaba en Ciudad Real y terminaría en Fuente el Fresno.
Ramón
y yo intentaríamos acompañar a José María hasta donde pudiéramos. Las piernas de Luis habían tenido más que suficiente con lo del día anterior y Jorge no podría hoy tampoco por motivos laborales. Para
evitar que FORREST fuera solo en algún momento, David (El Tori) y Santi (Pte. del club
de fans) estarían en Fernán Caballero para relevarnos si las fuerzas nos
abandonaban.
(Dije
que no iba a seguir para no calentarme, pero no me queda otro remedio)
Al
llegar al polideportivo a las 9:00 horas del domingo se nos cayó el alma a los pies. Solo
tres corredores esperaban a José María para acompañarle. Con Ramón y yo
seríamos cinco. Y ninguno de los clubes de la capital. Ni de ALA 14, ni de
QUINTO ALIENTO, ni de POLCRE. Nadie salvo nosotros dos de CORRIENDOPORELCAMPO y
otros tres corredores “anónimos” más.
¡Vale!
¡Vale! Ya sé que no se puede exigir a nadie que colabore corriendo con un
proyecto solidario a favor de una asociación de familias con niños con cáncer,
ni siquiera a un club de atletismo que corre allá donde puede, incluso fuera de
nuestras fronteras. Ya sé que era el maratón de Madrid y que ésta no era una
carrera competitiva. Puede ser que no se enteraran, que se les olvidara… Puede
ser que solo hayan colaborado económicamente…
En
fin, cada uno sabrá, pero al menos a Ramón y a mí nos dio mucha pena –y un poco
de vergüenza- ver que Ciudad Real, la localidad de mayor población y con mayor
número de clubes fuera la que menos corredores aportaba (¡ninguno de los clubes
grandes!) al Proyecto FORREST.
No
obstante, José María es un tipo de una fortaleza fuera de lo común. De lo
contrario no podría afrontar este reto solidario.
Empezamos
a correr hacia el camino de Moledores desde Ciudad Real hacia Carrión de
Calatrava para desviarnos por la Ruta del Quijote hacia el parque forestal de "La Atalaya" y el campo de golf de "El Reino de D. Quijote". José María comenzaba a notar desde el principio molestias en su peroneo,
pero su ánimo estaba intacto. Charlábamos animadamente con una temperatura
agradable y el viento de espaldas lo que nos hizo romper a sudar desde el
primer momento. Ramón y yo notamos al empezar unas molestias en las rodillas
como consecuencia, sin duda, del cansancio acumulado. En ese momento piensas en
la dimensión del reto de José María para recorrer casi 600 km en 15 días. Te
das cuenta de lo que alguien es capaz de hacer por otros, sin recibir nada a
cambio. Bueno, nada material, de lo otro -de eso que no tiene precio- se va a
hartar…
A
medida que avanzaban los kilómetros las molestias parecían desaparecer. Las de
Ramón persistían levemente. Justo al lado del parque forestal "La Atalaya" perdimos a uno de los corredores (Emilio Moreno-Chocano, del Club BHELA I de Almagro) que se marcharía en dirección al repetidor, por el camino de las tinajas
y al otro (nuestro Fiscal-Jefe, Jesús Caballero Klink) justo a la entrada del
antiguo puente de hierro, como consecuencia de un tirón.
Cruzando el "Puente de Hierro" |
El
paso por el puente de hierro y los agradables caminos hasta llegar a Peralvillo
animaron a José María, haciendo que éste olvidara su dolor incluso en las
subidas (varias desde la ascensión a la Atalaya) lo que le pasaría
factura al final de la etapa.
Antes
de llegar a Fernán Caballero nos recibieron muchachos de la localidad de todas
las edades, capitaneados por nuestro Santi y por Tori, llegando este último
hasta el final de la etapa como había asegurado. Ya en el pueblo nos esperaba
otro grupo para animar y correr al lado de José María. Allí hicimos una parada técnica (km 19) para
recuperar fuerzas. El grupo de muchachos, mujeres y hombres de Fernán Caballero
nos acompañaron corriendo hasta dejarnos en el camino que nos llevaría directos
a Malagón.
Entre
Fernán Caballero y Malagón, a la altura del kilómetro 23, Ramón decidió
abandonar como consecuencia de un fuerte dolor en la cintilla iliotibial de su pierna
izquierda. Habían sido 66 km en dos días. A pesar de ello, quiso acompañar a
José María en el coche de apoyo hasta el final.
Antes
de llegar a Malagón, los del club de la localidad nos esperaban para
introducirnos en el pueblo y llevarnos en volandas hasta Fernán Caballero. El
grupo era numeroso, simpático y muy animoso. Los chavales del club tiraban con
tanta ilusión y fuerza que había que ir frenándolos para que los que veníamos con menos bríos y
más años pudiéramos aguantar. En Malagón hubo que hacer otra parada para que José
María fuera atendido por la ambulancia. Su peroneo le estaba diciendo a gritos
que tenía que parar, pero su corazón le decía que siguiera. Decidió
seguir unos kilómetros hasta que pudo advertir que si no paraba un rato, quizá
tendría que parar del todo. Mientras él era atendido, nosotros seguiríamos
corriendo por él, por el proyecto, por los niños. Unos kilómetros más adelante, comenzaría a andar y,
posteriormente, en la entrada de Fuente el Fresno, animado por los muchachos de
Juan Antonio Santos, del club de atletismo Fuente el Fresno, decidió seguir adelante
corriendo hasta una meta abarrotada de gente que le animaba sin parar. Le
recibieron las autoridades, le hicieron entrega de un detalle conmemorativo y
le agasajaron, como no podía ser de otra forma, con muestras de respeto y
admiración.
Final de etapa: Fuente el Fresno |
En
algún momento, entre Malagón y Fuente el Fresno, las fuerzas parecieron
abandonarme, pero solo tuve que pensar en lo que estaba haciendo José María, en
lo que le faltaba por hacer y en los niños que había detrás. Eso y los ánimos
que me dio Félix en el peor momento, hicieron que llegara a meta después de 82
kilómetros en dos días.
La
experiencia ha sido inolvidable, sobre todo en lo personal.
GRACIAS,
JOSÉ MARÍA. ERES TODO UN EJEMPLO