Era sábado por la mañana. Habíamos quedado a las ocho. Hoy tendríamos chica nueva en la oficina, aunque no se llamaba Farala, ni era divina. Era otro tío, se llama Ramón y corre que se las pela. (Si este post lo hiciera Jordi, que es un grosero, después del "corre que se las pela" hubiera añadido un "y viceversa". Pero como no soy como él, yo no lo digo. Además, aquí no hablamos de intimidades muy íntimas, salvo que sea imprescindible).
Solo iríamos Luis, Ramón y yo. Jordi alegó un dolor espantoso en una de sus rótulas para eludir la cita, aunque, en opinión de Luis y mía, todo fue fruto de un "acongojamiento" (por no decir "cagalera") por el hecho de que nuestro flamante fichaje fuera un tipo curtido en algún que otro ultratrail... Pero bueno, no le diremos nada... por eso de los traumas y demás.
A lo que íbamos... Después de las presentaciones (Ramón, Luis -nuestro presidente-; Luis, Ramón -el que será la figura de nuestro club-), nos dirigimos en coche hasta la cola (con perdón) del pantano del Vicaro, exactamente hasta aparcar en el puente que hay en Peralvillo. Desde allí comenzamos nuestra carrerita hasta la presa del embalse de Gasset con un ritmo que -como mandan los cánones- nos permitió ir conversando todo el camino. Primero corrimos a la vera del río Banuelos, atravesamos unas fincas con ganado vacuno que nos miraba como pensando "ande irán estos tres chalaos, con lo bien que se está a la sombra de una encina", después volvimos a la vera del río hasta llegar a un descansadero de la Ruta del Quijote (con sus mesas y bancos al lado del río) de donde parte un camino en pendiente ascendente que discurre entre monte y encinas para después volver a bajar hasta llegar nuevamente a la vera del río que nos condujo a un pequeño bosquecillo de eucaliptos con una sombra más que apetecible, dejando a un lado el camino que lleva a Fernancaballero, cruzamos un puente y llegamos a la presa del embalse de Gasset tras recorrer en total 8 km. con un perfil muy llano y llevadero.
Allí, comprobamos el estado del embalse, dijimos nuestra manida frase "¡¡¡cómo está el campo!!!", añadiéndole en este caso la de "¡¡¡cómo está el pantano!!!" y la de "¡¡¡qué hermosura, qué gustico da ver tanta agua!!!", echamos un trago, nos hicimos la foto que ilustra este post y la que sigue y nos dimos media vuelta para desandar lo andado.
A última hora, Ramón impuso un ritmo infernal (de unos tres o cuatro segundos más rápido por km.) que sólo yo aguanté. Seguimos hablando y concretando nuestras impresiones sobre el apasionante mundo de "las mujeres y la vida", repasando, como no podía ser de otra manera, a aquéllas que eran conocidas por ambos, llegando a una conclusión categórica: no las entendemos, pero nos encantan. Cuando llegó Luis, para evitar que hablaramos de su "demarraje inverso", así como para "atar" convenientemente el fichaje de Ramón, ofreció por cuenta del club (es decir, de su bolsillo) un suculento desayuno isotónico a base de cerveza con limón light, pincho de tortilla española light, magro con tomate light y más cerveza con limón light... La prueba, más abajo...
En definitiva, un nuevo socio de calidad, 16 km más en nuestra piernas, algún que otro gramo más en nuestros AAP (airbags abdominales personales) como consecuencia del desayuno y, sobre todo, un buen rato de deporte, charla y risas.
Nota: Este post tiene ya su antigüedad (23/07/2011). No obstante, mediando el mes de agosto (en el que hasta "el tato" descansa, pudiéndose incluso cortar durante siete días las principales calles de Madris -¿o eso era por otra cosa?) y tratándose del primer fichaje estrella del club, era incuestionable su publicación
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