Aquí estoy otra vez.
La central
de CxC en Ciudad Real me ha pedido que haga una crónica de mi carrera del
pasado día 7, III Ultra Trail Sierras del Bandolero. Parece ser que soy el
miembro (c.p.), delegación de Murcia, que más kilómetros ha hecho seguidos sin
morir en el intento, record que ostentaré hasta finales de Agosto donde con
total seguridad otros miembros (c.perdón) me sustituirán y me quitarán esta
carga.
Comentar
que la carrera fue dura de cojones y no por su longitud, que 150 kilómetros se
hacen muy cómodamente, ni por el tiempo que tardé, 33 horas justas, ni por el
desnivel 5.700 metros positivos y los mismos negativos, sino por el tipo de
terreno. Rocas y piedras de todas las formas y tamaño nos acompañaron en
gran parte de la carrera y nos impidieron sobre todo poder correr en las
bajadas. Me habían comentado que esta zona era la más lluviosa de España pero
me podrían haber dicho también que era la que más piedras tenía por metro
cuadrado.
Esta
aventura la hice junto a mi amigo Johan, nacido en el norte de España,
concretamente en Suecia y que emigró a Murcia como yo, por amor. Gran
corredor y mejor persona que perfectamente podría ser un CxC puesto que mide
más de 1,80 (yo estoy trabajando en esto), es de buen comer no haciéndole
ascos a nada, prefiere la cerveza al agua y lo más importante, en las carreras
no tiene prisa por llegar y disfruta corriendo por la naturaleza.
Aviso que yo
no tengo la capacidad monologista de los que habitualmente escriben en este
blog por lo que mi crónica no será tan divertida e interesante como estáis
acostumbrados y lo mismo os parece un pelín larga, pero consolaros
sabiendo que podría ser peor ya que 33 horas de carrera dan para mucha más
crónica. Espero que disfrutéis leyéndola tanto como yo corriéndola y seguro que
con menos dolor de pies.
Como siempre,
les dedico esta aventura a mis hijos, Daniel, gracias por la pulsera de
la suerte, ¡otra vez funcionó! y Claudia, llevar tu chupete colgado en la
mochila viéndolo de vez en cuando me daba mucha fuerza y a mi mujer Isa por
colaborar para que este fin de semana fuese perfecto e inolvidable.
Disfruté
mucho de las 33 horas que tardé en llegar a meta. Me encantan estas pruebas y
veo que cada vez estoy mejor preparado. Si, ya sé que nunca ganaré una, pero
también sé que es muy probable que las termine todas (salvo lesión). Dosifico
bien y según pasan los kilómetros me voy encontrando cada vez mejor, incluso me
permití el lujo de correr con cierta normalidad en el tramo final.
Han pasado unos días y me voy dando cuenta de la "proeza" que he
logrado. Nunca podría imaginar que yo, un tío muy normalito, sin grandes
cualidades atléticas, muy atractivo si (pero esto aquí no cuenta), pasando
largamente de los 40 y llevando en esto solo dos años y poco pudiera realizar
este tipo de carreras con "relativa facilidad". He demostrado que con
un poco de entrenamiento, algo de esfuerzo, sacrificio y mucha ilusión puedes
conseguir casi lo que te propongas y me siento muy orgulloso.
He dicho antes que disfruté mucho, pasándomelo genial y gran culpa de ello la
tuvo mi amigo Mr. Johan Svensson. Estuvimos juntos desde el km.0 al 150 y quien
entienda de ultras sabe lo complicado que es en estas carreras que esto suceda.
Fue el compañero perfecto y nos compenetramos muy bien, mismos ritmos, mismo
tipo de humor, mismas fuerzas..., no teníamos que esperarnos y dependiendo de
quién estuviese mejor en cada momento uno iba delante y otro detrás..., ¡si
hasta parábamos a mear a la vez!, eso es compenetración y lo demás es tontería.
Bueno,
esta es mi, nuestra aventura (y tranquilo Johan que todo, todo, no lo voy a
contar)....
SPANISH
SWEDISH TEAM - SOMOS BANDOLEROS.
El día de la carrera, mientras nos hidratábamos convenientemente con cerveza
(he leído que viene bien) en una terracita acompañados de nuestras familias,
revisamos la estrategia a seguir en la prueba…, llevar un ritmo cómodo, caminar
en todas las cuestas arriba, correr en llanos y cuestas abajo y parar lo
justito en los avituallamientos. También quedamos en que no había compromiso
de ir juntos, en estas carreras tan largas pueden pasar mil cosas y si
alguno estaba más fuerte y quería marcharse no pasaba nada, no habría
“represalias” ni malos rollos. Ninguno “obligaría” al otro a quedarse y esto
aunque no lo parezca, es amistad. Nuestro objetivo, llegar y si es posible
tardar entre 26/28 horas (he de decir que nos pasamos toda la carrera
calculando y calculando el tiempo de llegada).
Recogiendo los dorsales |
Llegamos a la plaza donde se daba la salida con
el tiempo casi justo. La música de Curro Jiménez sonaba de fondo y corredores
junto a familiares disfrutaban del ambiente. Nos acercamos a dejar las mochilas
para el km.60 (Ronda) y 108 (Villaluenga) y en ese momento me suena el móvil,
“ostras, ¿quién será?, ¡ni correr me dejan!”. Era mi amigo José Mariscal, me
había olvidado de él. Iba a correr aquí como preparación a otra carrera que va
a hacer en agosto de no sé que del MontBlanc y sabiendo de mi grácil ritmo me
había comentado que tenía pensado acompañarnos a Johan y a mí. Mientras
nos despedíamos de nuestras familias apareció, nos saludamos y me dijo que
alguien quería verme (alguna fan imaginé), pero no, era Antonio Morales, me
hizo mucha ilusión conocerle en persona por fin, hablamos un ratito, me
confirmo que ya está prácticamente recuperado y después de la foto no fuimos a
colocar en el pelotón de salida, por el final, pá no molestar.
Despidiéndonos |
Junto a Antonio Morales y José Mariscal poquito antes de la salida |
3,
2, 1, y empieza la aventura. Salimos con un ritmo suave, damos la vuelta a la
plaza y en poco tiempo dejamos el pueblo atrás comenzando la primera subidilla
que hacemos ya caminando para ir reservando fuerzas. Sin mayor dificultad
llegamos a El Bosque, donde ahí sí, empezaría la primera subida importante por
un cortafuegos. Bastones y a subir. El sóleo me empieza a molestar (llevaba
unos 20 días con molestias justo ahí y pensé que ya se me habrían pasado, pero
que volvieran otra vez cuando me quedaban unos 138 km para la meta fue un
mazazo bien grande), no voy cómodo y me empieza a angustiar saber con seguridad
que voy a tener que abandonar en cuanto eso vaya a mas. A mi compañero no le
digo nada, con uno preocupado sobra. Cuando el terreno mejora y puedo correr
voy mejor, sólo me molesta al caminar y el problema (lo sabría después) es que
en esta carrera se camina y mucho.
Bajando hacía Llanos del Campo (Km.13.9) paramos en una zona amplia a ponernos
los frontales, veo a José que también ha parado y enseguida se marcha,
¡que prisa tiene siempre este chico!, su ritmo es mayor que el nuestro, aunque
nos volveríamos a encontrar muchas horas después.
El tiempo va pasando rápido. Llegamos a Llanos, rellenamos bidones y salimos
caminando mientras nos tomamos un sándwich en busca del Puerto del Boyar
(km.20). El terreno se complica, barrillo, charquitos, piedras..., hacen que no
se pueda subir cómodo. Cuando no hay una cosa hay otra, pero lo peor son las
piedras, las putas piedras. El camino es cada vez más complicado, pises por
donde pises hay piedras y mientras más asciendes peor es. Tras llegar arriba y
empezar a bajar, empeora, el camino es una especie de río de piedras de todos
los tamaños y formas, es difícil hasta andar. Por fin parece que la cosa
mejora, corremos donde podemos, ya sean 3 metros o 20, pero enseguida vuelven
las p. piedras y el desnivel torna hacia arriba.
Una compañera con la que compartimos un tramo nos avisa de que la bajada a
Villaluenga es muy, muy complicada, ¿peor que hasta ahora? ¡imposible!, pienso.
A pesar de las p piedras no llevamos mal ritmo ya que vamos adelantando a
compañeros, incluso cuando se empieza la bajada a Villaluenga (km.32.6) por
casi una pared vertical, algunos corredores nos ceden el paso. Al final la
bajada no era para tanto, muy empinada (c.perdón) eso sí, pero incluso
pudimos correr algunos metros.
Por ahí bajamos de noche a Villaluenga |
Me quedo alucinado, miro el GPS y hemos tardado 7h 27’ en recorrer 33
kilómetros, ahora empiezo a entender los tiempos de esta carrera en la edición
anterior (sin lluvia). Ya he dicho que nos pasamos toda la carrera haciendo
cálculos, en cada avituallamiento o entre ellos volvíamos a calcular..., si
hemos tardado tanto en estos kilómetros tardaremos tanto en el doble y
llegaremos a meta en xx horas, obviamente nunca acertábamos y fuimos cambiando
de objetivo, pasando de intentar llegar en 26/28 horas a meta a llegar antes
que el gran SuperPaco en la I edición, 35 horas (de mayor quiero ser como él).
En algo nos teníamos que entretener...
Reponemos, picamos algo y salimos, siempre caminando un ratito por las calles
desiertas del pueblo. Es llano, ¿corremos?, esta era una pregunta frecuente de
Johan. Claro, a eso hemos venido, e intuyendo lo complicado de algunas
zonas futuras venía muy bien adelantar lo máximo posible mientras pudiéramos.
Subida dura en busca del Refugio de los Llanos de Libar (km.41.4), como creéis
¿con piedras o sin ellas?. Antes de esta subida un fuerte aire nos obligó a
ponernos los cortavientos. Una vez arriba aunque el nombre de la zona te indica
como es el terreno tampoco se puede correr mucho, ya que el verde suelo tiene
bastantes tramos con barro y agua. Por fin un camino de tierra apto para correr
que nos lleva hasta el refugio. 41 km., en 09h20’ no está mal. Rellenamos agua,
me tomo un spididol (por la molestia), me hago un recoverx (batido recuperador)
y salimos en busca de Montejaque.
Llegamos a un tramo de pista, Johan hace la pregunta y nos ponemos a correr.
Aunque el terreno es llanito, cuando hay algún tramo de subida nos ponemos a
andar (siempre reservando fuerzas). Miro hacia el cielo y se ve precioso,
estamos caminando bajo cientos de estrellas que nos iluminan. Se lo indico a mi
compañero y comenta lo romántico de la situación. Uy, uy, momento brokeback
mountain le digo, nos reímos y.... no puedo contar más.
Llegamos a Montejaque (km.50), son casi las 5 de la mañana y estamos bastante
bien, yo sigo con la molestia cuando camino pero me anima el pensar que si en
11 horas no ha ido a mas es muy posible que siga así. Rellenamos, picamos algo,
nos despedimos de una simpática voluntaria (vivió en Cartagena) que nos hizo la
foto de abajo y salimos en busca de Ronda. Volvemos a calcular..., 50 en 10:45
horas, 100 en 21,3 y 150 en 32 y pico..., vamos bien.
Montejaque, km 50. ¡Qué contentos se nos ve! |
Mientras caminamos por el pueblo alcanzamos a un grupito de Valencia,
estuvieron en nuestra anterior ultra y conocen a Johan, charlamos un ratito y
en cuanto el terreno se pone favorable nos despedimos y nos ponemos a correr.
Un camino bastante largo y ¡sin piedras!. Estamos ya a las puertas de la
ciudad, es un tramo de carretera y nos vamos cruzando con corredores que
vuelven de Ronda, uno de ellos me llama, ¡ostras!, es José, qué mákina,
hablamos unos segundos y seguimos en direcciones opuestas. Para llegar al
avituallamiento hay que subir una gran pendiente, primero por tierra y después
por carretera y eso hacemos.
Km.60. 12h26' de carrera. Aquí teníamos una mochila pero yo dejé más que cogí.
Reponemos bidones, un par de magdalenas y salimos caminando por las calles de
Ronda. Los dos habíamos hecho los 101Ronda y nos trae bonitos recuerdos volver
a pasar mientras corremos por la Alameda (meta), plaza de toros, el puente y la
cuesta del cachondeo pero esta vez bajándola.
Y por fin amanece. La aparición del sol nos recarga y nos da fuerza, por lo
menos ahora podremos contemplar el bonito paisaje de esta Sierra. Nos empezamos
a cruzar con corredores, ahora son ellos los que suben hacía Ronda y nos damos
ánimos mutuamente (los ultreros somos muy educados). Aprovechamos que el
terreno es favorable para correr hasta que llegamos a otra subida y poco a poco
llegamos a Benoajan km.74, 3 en 15 horitas, solo nos queda la mitad.
Atravesamos el pueblo y no vemos el avituallamiento, cuando pensamos que nos lo
hemos saltado aparece en una de las últimas casas. Rellenamos, picamos algo y
salimos.
Ahora vamos por sendero paralelos a un río y seguimos con nuestra rutina de
alternar el correr con caminar. Llevamos bastante tiempo sin ver una baliza y
nos empezamos a preocupar, la lógica nos dice que vamos en la dirección
correcta pero no ver marcas nos "mosquea". Pregunto a un par de
excursionistas y me confirman que vamos en dirección a Jimera de Libar. Un poco
más tranquilos seguimos el sendero hasta que al final encontramos otra vez las
cintas de la carrera. El calor empieza a apretar, yo sigo con tres capas
térmicas y el cortavientos, el sueco hace tiempo que va en manga corta. El
avituallamiento está al final de una no muy dura pero larga subida y por fin
llegamos.
Interactuando con la fauna autóctona |
Jimera de Libar km.84, 6 - 16h46' de carrera. Me empiezo a encontrar mal, no me
entra comida y me tomo otro recoverx. Se lo comunico a mi pareja y salimos
caminando, el terreno es cómodo hacía abajo, me da rabia no poder correr pero
sé que se me pasará. Aprovechamos para llamar a nuestras mujeres, teníamos
pensado quedar con ellas en algún pueblo pero no podemos concretar el lugar al
no saber muy bien calcular el tiempo de llegada, quedamos en hablar más tarde e
intentar vernos en Grazalema (km.108).
En apenas 10' me he recuperado, el camino no tiene piedras (no durará mucho) y
nos ponemos a correr donde se puede. En una parada técnica (echar una meada)
aprovecho y me quito ropa quedándome "solo" con dos térmicas (lo
siento, soy muy friolero). Nos encontramos con algún corredor y con fauna
autóctona de la zona, vamos por camino o pista y aprovechamos para avanzar. Nos
llaman, miramos y unos corredores que van por otro camino nos dicen que nos
hemos equivocado y era cierto, nos habíamos saltado un desvio, menos mal que
iban detrás de nosotros. El siguiente pueblo se ve ya a lo lejos en lo alto y
tras subir una larga pendiente entramos en sus calles y llegamos al
avituallamiento.
Parada técnica junto a nuestras amigas las piedras |
Cortés de la Frontera.Km.94, 7 - 19h12' de carrera. Me tomo un vaso de coca
cola y me dan arcadas, aquí tienen arroz para comer pero no me apetece nada,
otra vez me encuentro mal. Me acuerdo de algo que leí sobre estas
carreras " Si te encuentras bien, come, si te encuentras
mal, come" y me obligo a comer aunque solo pude un poco. Johan está
sentado al fondo, le veo comer y beber con ganas. Cuando nos ponemos en marcha
se lo comento. Sé que me voy a recuperar pero el problema es que ahora viene
una dura subida, miro hacía el fondo donde está el pico al que hay que subir,
casi no se ve el final. Un compañero que nos acompaña en este tramo nos
confirma que hay que subir hasta casi arriba del pico, ¡qué bien!. Dejamos el
cómodo camino y empieza otra vez un sendero con piedras, yo la verdad es que
cada vez me estoy encontrando mejor y al poquito estoy recuperado otra vez, de
hecho en la subida adelantamos a algún compañero, uno de ellos nos dice que a
los finisher les van a dar una chaqueta bastante chula, nosotros no sabíamos
nada de esto y aunque parezca una tontería es una motivación extra para llegar
(todo lo gratis nos motiva). Tras pasar por segunda vez por los Llanos del
republicano enlazamos con una complicada bajada (la hicimos por la noche
subiéndola) en busca otra vez de Villaluenga.
La bajada tiene unas bonitas vistas y preciosas piedras, se ve una gran llanura
abajo y al fondo monte. Miro el GPS y me dice que estamos en el km.107 y en ese
kilómetro debería estar el pueblo pero desde ahí arriba no se ve nada. ¿Nos
habremos equivocado de camino?, no, un cartel nos indica que por ahí se va a
Villaluenga pero también pone que estamos a 1h 30' de el??, no lo entendemos.
Preguntamos a otro par de excursionistas y nos confirman que tras unas lomas
que están al fondo (muy al fondo) está el pueblo, pues nada, a seguir, que ya
llegaremos. Y tras otra subida esta vez por carretera con su correspondiente
bajada llegamos a las puertas del pueblo.
Villaluenga del Rosario. Km.108 - 22h57' de carrera. Aquí nos ponemos las botas
a comer y beber (raro en mí), 4 mini bocadillos de tortilla y frutos secos que
me sientan fenomenal. Dejamos alguna cosa en la mochila que teníamos aquí,
Johan se cambia de ropa (es muy coqueto) y tras darme vaselina en cierta
parte salimos paseando por el pueblo.
Preguntamos y nos dicen que la vuelta no es tan dura como la ida por esta parte
pero aún así hay que subir bastante antes de bajar hacia Grazalema.
Momento
importante, 23h46' de carrera, Johan ha batido el record de horas corriendo
(GTP 2012) yo lo había batido hacía 5 horas.
Y empieza la subida, con rocas y piedras, muchas piedras. Llevamos
un buen ritmo y arriba en un pequeño descanso nos encontramos con unos
corredores que dudan por donde seguir, aquí nos alcanza otro corredor, es Fali
el coleta, un fenómeno (le había visto en el avituallamiento y me extrañó que
fuese tan atrás, o yo tan delante). Subimos en filita, los demás corredores le
han reconocido y el trayecto se hace ameno ya que le van preguntando cosas
sobre el UTMB y el Tor des Geants que ha corrido. Miro atrás y no veo a Johan,
ha hecho una parada técnica y me quedo a esperarle. Seguimos subiendo a buen
ritmo y en el final de la subida volvemos a alcanzar a los amigos de antes. Le
pido permiso a Fali para adelantarle (a los figuras se les pide) y aprovechando
que es bajada y no hay demasiadas piedras nos vamos corriendo. En una parada
que hacemos a mitad del descenso Fali nos alcanza y aprovecho que estamos solos
para hacernos una fotitos.
Con Fali, el Coleta, muy majete él |
Seguimos bajando y la segunda noche en carrera nos acecha, en poco tiempo
la oscuridad nos envolverá de nuevo y nos ponemos los frontales. Vuelve el
terreno complicadillo, las luces de Grazalema se ven ya al fondo y justo en ese
momento recibimos una llamada de nuestras chicas. ¡Están abajo esperándonos! ¡ Que subidón!. Tardamos una media hora en llegar y al final de
una calle las vemos con nuestros niños. Os podéis imaginar lo que sentimos tras
119 km y 26h37’ de carrera al encontrarnos con nuestras familias, sin
duda el momento más importante y feliz de la carrera y lógicamente fue el
avituallamiento en el que más tardamos. Por cierto, nos enteramos de que unas
señoritas (no voy a dar nombres) confundieron unas tumbonas de playa y una
mesita de camping con vasos encima que estaban en la puerta de una casa, con el
avituallamiento, la señora allí sentada, entre risas les indicó que el
avituallamiento ¡no era ese!, que estaba en el polideportivo del pueblo.
Con mi nena en el avituallamiento de Grazalema |
Nos despedimos y salimos del pueblo. Es cuesta arriba pero por un camino
bastante bueno. Vamos más o menos bien, mi molestia prácticamente ha
desaparecido aunque ahora tengo cargados los cuádriceps y Johan hace unos
kilómetros que tiene dolor por detrás de una rodilla en el gemelo. Parece que
estamos participando en un maratón pero de baile flamenco por el dolor de piés
que llevamos, aunque podemos seguir con nuestra "estrategia". En esta
parte ganamos algo de tiempo ya que las piedras por fin han desaparecido y sin
apenas darnos cuenta estamos ya en Benamahona Km.131.
Unos calditos, un par de bocadillos de tortilla y nos vamos en busca del
penúltimo avituallamiento de la carrera. Transitamos pegados a un río,
siguiendo su curso, son solo 5 kilómetros y no se hacen largos.
El Bosque Km.138. Aquí prácticamente ni paramos, solo lo justo para que tomen
nota del dorsal. Salimos andando y en cuanto podemos volvemos a correr. Nos
damos cuenta de que vamos bastante mejor que los corredores a los que
adelantamos ya que somos los únicos que corremos. Aquí le cuento a Johan lo de
mi molestia, ya estoy seguro de que termino la carrera me pase lo que me pase,
aunque tenga que ir reptando a meta. El terreno está muy bien, camino de tierra
y carretera asfaltada, seguimos corriendo donde se puede y adelantando a
compañeros que nos animan y animamos. Prado del Rey se ve ya al fondo y
arriba, hacemos nuestro último cálculo, quedan unos 3 km y unos 20’para
bajar de 33 horas, pero no sabíamos que aún nos esperaba una de las cuestas más
largas y durillas de la carrera, sobre todo porque llevamos 146km en nuestras
piernas.
Prado del Rey Km.150. Hemos entrado en el pueblo y subimos caminando, no queda
ya nada y aunque la subida se las trae tenemos fuerzas suficientes para empezar
a correr antes de acabar la cuesta. La poquita gente que hay nos anima y lo
agradecemos. Giramos a la derecha y enfilamos la calle que lleva a la plaza
donde está la meta, aquí hay algo más de gente que nos aplaude y anima. Paramos
un par de metros antes, nos damos la mano y entramos en meta. SOMOS BANDOLEROS.
Llegada a meta en 33h00'21''. Posiciones 97 y 98 de 385 participantes |
Reponiendo fuerzas en meta con nuestras flamantes chaquetas de finishers |
Felices al día siguiente, reponiendo electrolitos |
El Team al completo. ¡Qué bien lo pasamos! |
1 comentario:
Mi mas sincera enhorabuena, menuda progresión y unas meritorias 33 horas justitas!!!, eso de saber sobreponerse a los malos ratos y las cuestas interminables tiene mucho mérito, cuando el cuerpo te pide terminar y la cabeza continuar...el dilema del ultrarunner pero eso ya veo que lo teneis superado. A pensar en nuevos retos, este lo tengo yo pendiente todavía. Un abrazo.
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