El domingo pudimos disfrutar de la hospitalidad del
Corricollano, ese club que lo mismo obtiene resultados inmejorables en maratón,
manda a diez personas a los 101 de Ronda o se marca un cocido para trescientos
amigos y conocidos. Así, sin alharacas. Habían organizado una salida de amigos
por la Dehesa Boyal de Puertollano, un paraje magnífico para triscar, pasear o
montar en bicicleta, y hacer entrega a continuación de los corrijotes, los
premios anuales del club.
Llegamos prontito después de recoger borrachos por las
cunetas, a uno directamente en una rotonda. Día soleado y temperatura
inmejorable para esto del correr por el campo, en el punto de no estar seguro de si te llevas los guantes o si te pones una capa más: en Puertollano o Ciudad
Real eso significa que no debes hacerlo.
Durante un par de horas vimos gentes disfrutando al echar un
rato en el monte con amigos, conocidos o simplemente con otras personas con las
que se comparte afición. Entre ellos había un espécimen de corredor de esos que
todos aspiramos llegar a ser cuando seamos mayores: setenta y muchos, con
cuerpo para seguir haciéndose sus dos horitas y con las ganas suficientes como
para no recortar ni diez metros. “Yo sigo por donde vaya Julio”, decía. De
existir y haber tenido esta afición, el hombretón de La Solana no sería muy
diferente. Vuelve uno a casa con un par de cosas claras.
Y vencimos porque al llegar nos agasajaron sin tino ni
merecimiento. Todo eran cosas ricas que no tenían fin. Choche estuvo pendiente
de que no nos faltaran botellines (“que se los bebe JAN…”, pensaba Miguel; “allá
él si me los bebo”, pensaba JAN) y la nueva presidenta fue muy simpática y
estuvo muy acertada en su intervención (esto lo digo en el necesario tono
institucional que caracteriza las relaciones entre clubes).
El último mohicano |
Lo que más me gustó a mi fueron los premios. Con ellos
corricollano distingue a algunos de sus miembros (con perdón) por sus méritos,
de los de competir y también de los de otro tipo. Estos segundos son más
importantes que los primeros en un club deportivo: sin lograr buenas marcas un
club puede seguir siendo un buen sitio para estar, al que pertenecer, pero sin
buenos compañeros no dura ni un suspiro. A uno de ellos le mencionaron por
haber acompañado durante varias horas al amigo lesionado, o deshidaratado, o lo
que fuera, en un ultra trail de montaña. De eso se trata, claro. Bueno, y luego
está Luismi, que reúne los dos tipos de méritos y además es un cachondo, así
que su diploma estaba cantado.
El resumen podría ser: a mi se me saltaron un poco las lágrimas por lo emotivo, Quique creía que algún premio le iba a tocar a él y Jorge no estaba pero se acuerda.
El resumen podría ser: a mi se me saltaron un poco las lágrimas por lo emotivo, Quique creía que algún premio le iba a tocar a él y Jorge no estaba pero se acuerda.
3 comentarios:
¡Qué bien lo has contao, truhán!
Menos mal que nos iluminó el entendimiento de los que no lo tienen y nos fuimos antes de terminar como un choto con dos madres... Que íbamos derechicos a ello...
Pero que bien que lo contís, leñe.������
Que gran crónica, y emotiva
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