La verdad es que, a veces, parece que hemos perdido la cabeza. Corremos cuando otros harían cualquier cosa menos correr.
Será el misterio de las endorfinas.
Será que cuando corres no te das cuenta de nada más.
Será que cuando corres no piensas.
Será que, a veces, necesitamos no pensar.
Será que, a veces, necesitamos sentir únicamente nuestra respiración, nuestros pies sobre la tierra, los latidos de nuestro corazón.
Será que estamos locos...
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