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El año que viene somos el cartel de la II carrera pedestre |
Fue Ramón el que colgó en el
face lo de la Carrera de Montiel. A mí me gustó la idea, la comenté con el resto de
cafres y, en principio, íbamos a ser seis los que
tomaríamos el castillo. Al final solo acudimos cuatro, porque Paco se fue a Montoro de fin de semana rural entre amigos y a Carlos le traicionó nuevamente su rodilla dejándolo cojo de momento.
Quedamos a las 8:30 para salir (lo que habrían sido las 7:30 de no ser por el cambio de hora de esa misma madrugada), pero, como siempre, salimos con retraso. Llegamos al pueblo de José Mota pasadas las diez. Al recoger los dorsales empezamos a ver gente disfrazada y ambientada al más puro estilo medieval. Otros, homenajeando al humorista del pueblo, iban vestidos de "La Blasa" dispuestos a correr con sallas, pañuelo en la cabeza y "toca" de punto negro. Hasta un perro corrió disfrazado con un cuello de puntilla al lado de un grupo de mesoneras muy lozanas.
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David sujeta unos manguitos entre las piernas, no es que esté desfilando... |
El disparo de salida sonaba a las 10:30. Jorge y yo salimos más rápido de lo que debíamos. No habíamos calentado y empezamos a 4:30 min/km. David y Luis iban un poco más lentos. Teníamos las piernas como agarrotadas y el viento soplaba con fuerza frenando nuestros lindos, graciosos y, sin embargo, pesados cuerpos (sobre todo el mío), pero seguimos como pudimos bajando un poco el ritmo. Callejeamos un poco por el pueblo y salimos a unos caminos que discurrían por un bonito paisaje bastante distinto al que
gastamos por los alrededores de Ciudad Real. Cuando llegamos al pueblo de nuevo, callejeamos otro poco y encaramos la subida al Castillo. Calculo que hicimos unos 20 metros corriendo para darnos cuenta de que no había Dios que subiera eso deprisa. Seguimos andando. Yo a un ritmo cansino y Jorge como si cogiera espárragos. Le dio tiempo a adelantar a todo un grupo que iba delante de nosotros. Después de un repecho en el que había que ayudarse de las manos para poder subir llegamos a otro repecho que parecían haber puesto a mala leche porque, además de estar escondido por unas piedras, era peor que el anterior. A pesar de eso, mientras yo subía, bajaba un fulano portando un auténtico espadón que pesaría un quintal como si llevara una plumilla (eso sí, tenía un brazo como un jamón de pata negra; de gordo, no de sabroso, claro). Terminábamos de subir y corriamos por donde antes estaría el castillo propiamente dicho, hasta donde nos esperaban unas jóvenes doncellas al pie de unas banderas para entregarnos con una radiante sonrisa un pañuelo-testigo en prueba de haber
tomado el castillo. Media vuelta y a bajar lo subido (mientras, David subía diciendo:
habréis puesto arriba un carrefour, porque si no, aquí no sube ni Dios). Ahora, en la bajada, me tocaba a mí adelantar (es lo que tienen los kilos y la gravedad). Parecía que nos habíamos recuperado en la subida y las piernas ya no dolían y podían correr deprisa. El tramo hasta la meta fue realmente rápido. Y loco; tanto que uno de Montiel tuvo que decirme:
¡Para, gañán, que ya has terminao! A los 49 minutos llegó Jorge, después yo, luego David y, finalmente, Luis. Luego nos enteramos de que éste último en dos ocasiones dio con las costillas en el suelo, pero ni lloró ni nada. Es un machote...
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Para llegar al castillo ganamos unos 50 metros de altura en tan solo 100 de distancia |
Los nueve kilómetros recorridos y la subida al castillo nos daban derecho a unos tickets para la chorizada y a una merecida ducha en unas magníficas instalaciones. Cuando llevábamos un rato nos dimos cuenta de que falta David, pero como es tan "huevazos" tampoco nos pareció raro. Cuando le vimos llegar volvió a sorprendernos. Había ido a por "hidratación" y "alimento". Se presentó con una litrona y una bolsa de patatas familiar en el vestuario para extrañeza de los allí presentes (aunque a David nadie le dice nada, ni le pone mala cara, ni nada, de nada)
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Ahí lo tenéis en la zona de aguas menores con su litrona y sus patatas para recuperarse del esfuerzo |
Nos duchamos, nos bebimos la litrona, nos comimos las patatas y nos encaminamos a la plaza mayor, no sin antes parar a comprar otra litrona y unas cortezas por si la distancia a la plaza mayor se nos resistía.
Callejeamos entre numerosos puestos medievales (allí montan un mercadillo de no te menees), compramos pan, empanada de cabrales, regaliz... y llegamos a la plaza. Allí nos apretamos unos bocatas de chorizo, gentileza de la organización, que no se los saltaba un galgo. Primero uno blanco de dimensiones pornográficas y, después, otro rojo ahumado que nos machacó el estómago para el domingo y parte del lunes, todo ello regado con cerveza medieval (que es igual que la de ahora, pero servida por mesonera asturiana de carnes prietas y turgentes).
El ambiente fue inmejorable, el pueblo volcado animando, la carrera divertida y original por la subida al castillo y los chorizos -ay, los chorizos- espectaculares...
El año que viene queremos repetir, acudiendo la noche de antes si es preciso para aclimatarnos, disfrutar de la velada medieval y lo fuere menester.
9 comentarios:
He reído mucho con tu particular visión de la carrera de Montiel.
Muy bueno
Oye lo has bordao, yo nunca lo hubiera narrado mejor, suscribo todo,o casi todo lo que dices, esque a mi solo me dieron un chorizo,el otro, era el de mi pareja...
El año que viene alli que estamos todos, incluido el perro, pero disfrazaros vosotros también,aunque sea del tio la bara, ja ja ja.
la verdad esque nunca he leido una cronica cervantina deportiva tan divertida y mejor contada, me he reido un monton ,corroboro todo lo dicho y tu descripcion del chorizo..... paqué...paqué jajaaaa...El año que viene yo tambien repito.
Extenuación, Mesoneras, muchas gracias por vuestros comentarios.
Nos vemos, como muy tarde, el próximo año.
muy bueno el comentario, yo os ficharia para el telediario deportivo junto a Sara Carborero (para que no os quejéis)
Si hay que sentarse junto a Sara Carbonero, nos sentamos... ¡Qué remedio!
Buenas a tod@s;
Lo primero felicitaros por el sentido del humor que me gastaís en una carrera dura a la par que peculiar en una zona con elevado cachondo por m2.
Os envío para que le deis un vistazo a la crónica del recién creado club Tuercelindes A.C., (vamos l@s blasas que nadie esperaba), y las fotos en nuestro picassa.
http://tuercelindes.blogspot.com/2011/04/i-carrera-pedestre-montiel-medieval.html
Ademas si parais por Ciudad Real entre semana o finde no dudeis en poneros en contacto con nosotr@s para un trote y una risas.
Un saludo panda
Que digo yo que no deberíamos juntarnos mucho con estos del Tuercelindes que los sanatorios mentales andan escasos de plazas y me da que están de lo suyo todavía peor que nosotros de lo nuestro.
En cualquier caso todo sería hablar de una quedada. ¡No tenís huevos!
En embargo aprovecho para deciros, niños, que nosotros también deberíamos fundar el tan hablado club que en mi inmundicia mental había pensado que podríamos denominarlo Tronchamontes o algo parejo.
Yo creo que habrá que buscar alguna ocasión para que los TUERCELINDES disfruten CORRIENDOPORELCAMPO.
No se hable más.
Será provechoso para todos (y si conocéis algun psicólogo o psiquiatra, se lo decís que le vamos a dar material para una tesis)
Enhorabuena por el blog, por vuestro sentido del humor y por la creación de vuestro club.
A vuestra disposición para lo que queráis.
Quique
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