Es uno de los pocos filósofos que aúna el platonismo matemático
con el empirocriticismo sin renunciar al hilozoísmo trascendental a medio
camino entre el pesimismo y otras cosas más profundas aún. Y todo eso sin salir
del sanatorio mental de Albuquerque (Nuevo México) donde vivió desde su más
tierna infancia hasta otras edades menos tiernas, tal es su magnitud como ente
pensante. [Párrafo patrocinado por Manu García Ortíz]
En una de las pocas
ocasiones en las que concedió una entrevista, para la Revista de Filosofía
Moral y Política, el entrevistador quiso saber la postura del entrevistando
acerca de los corredores de ultratrail, sobre si sus carreras eran una metáfora
de la vida, sobre el sufrir sin tino con el mero objetivo de seguir avanzando,
sobre la psique de esos atletas.
“Esos hijos de puta están locos”, dijo. Y se quedó tan
ancho.
Y ahí nos tienes, amable lector, de nuevo ante una de
esas carreras que hasta el bueno de Ajoufer tildaría de “soberana locura”.
CxC, como club de insensatos que es, tiene a bien
involucrar a sus huestes en pruebas atléticas desproporcionadas, como sutil
metáfora de sus propias cuerpas.
En esta ocasión el circo de fenómenos se traslada a
Madrid, a la sierra aquella que tantas alegrías nos ha dado y tantas ampollas
(con perdón) y rozauras nos ha proporcionado.
La cita es con el Gran Trail de Peñalara. No es por
fardar pero la cosa consiste en ensilarse para la cuerpa 115 kilómetros con
10.200 metros de desnivel acumulado. Solo los titanes, los elegidos, las
bestias pardas del trail y los mochuelos descerebrados de CxC se enfrentan a
semejante barbaridad con la idea de, sí amigos, “divertirse”.
Los tres miembros (cp) originales más el puto jipster, la
peluquera, el filósofo jebi y la madamme Souflé nos veremos las caras con la
distancia más larga (cp) mientras que el señor de los chorizos, el lidl y dos
aledaños al club (Pelu y el Tocino) se enfrentarán a la carrera de chupetines
(60 kilómetros que se les van a quedar en un diente).
Tenemos una estrategia muy estudiada, macerada en horas
de diálogos intensos y sesudos. Vamos a empezar a movernos (12.30 horas del
sábado, 27 de junio del año del señor de 2015) y no vamos a parar
hasta que lleguemos. Es tan fácil como suena.
3 comentarios:
¡Cabronidos! ¿Cómo osáis burlarse del hilozoísmo trascendental pesimista empirocriticista platónico de Ajoufer? Ya no hay respeto ni ná.
Esto es así como que hay dios. Lo terminaremos porque algo tenemos que hacer. Sin lamentos ni alharacas.
Manu el poco respeto que había nos lo comimos el lunes
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