Tenía que llegar este momento. Si en este blog
hacemos reviews de material que nunca ha llegado a caer en nuestras manos, si
recensionamos libros mucho antes de leerlos y si nos emocionamos con olorcillos
de guisos ricos que no llegaron a existir, entonces en alguna ocasión alguien
iba a decir en voz alta: “¿Y si la crónica la escribe el que no vino?” Pues
eso, que aquí estoy. La manera en que me han encomendado tan grata tarea me
recuerda, además, el modo en que, estando yo en 6º de EGB, mis compañeros del
equipo A de la clase me informaron de que habían decidido en asamblea que su
portero, o sea yo, descendiera al equipo B como consecuencia de un gracioso
malentendido con las reglas del futbol sala, también conocido como futbito. Me
dejaron una nota. Está claro, todo tiene una explicación. Y lo que vino después
también. El caso es que aquí también me dejaron una nota. Escribe algo en el
blog, decían, si es posible que no sea una gilipollez. Mi información sobre el
magno evento está limitada a un puñado de fotos (eso sí, reveladoras) y a
varios cientos de mensajes de WhatsApp. Veamos qué podemos sacar de todo esto.
Programación
Desde hace mucho tiempo vienen los chicos de
CxC planificando la Ikenona con la dedicación y el rigor propios de un contable
prusiano. Como poco desde el verano se prodigan en el chat del club los
comentarios del tipo “Bueno, ¿y la Ikenona qué?”, “Joder, algo habrá que hacer, ¿no?”, “Al final nos pilla el toro como siempre”, “Para cagarla como el año
pasado mejor no hacemos nada”, trufados con otros, no menos certeros, como “Pincha aquí y verás qué risa”, “¿Cómo dices que se llamaba tu amiga”, “En el
Lidle lo han vuelto a hacer: a 39 cs. si te llevas más de 24”. Bueno, cosas
así.
El caso es que al final el tiempo pasaba
inexorablemente y nuestros héroes se ataron los machos. Sólo hicieron falta
unas pocas semanas dando el coñazo a diario con que tenían que quedar para
hablar de la Ikenona (y durante las cuales quedaron una media de tres noches a
la semana para correr y tomar cervezas sin que saliera nada en claro), para que
ya, por fin, se sentaran y decidieran algunas cosas: que sería el 19 de diciembre con la
fresca, que el recorrido sería como el año pasado porque era muy bonito, que
habría grupos de corredores y senderistas, que al igual que en la InFernán
acudiríamos a la familia de JAN porque nos caen de puta madre y además les salen
las migas como dios, que pediríamos ayuda a los aledaños de CxC (a los de
siempre y algunos otros nuevos) y lo demás que ya verían. Todo muy español.
Preparación
Esta fase se resume muy rápidamente: nadie
hizo nada hasta que no había más remedio. Y ello incluye hablar con el de la
finca (que un año más se portó muy bien), con el del ayuntamiento
(que colaboró con el evento hasta el punto de dejarnos el polideportivo) y con
los posibles colaboradores (Carmen-Carmen, Embutidos JAN, Club Balonmano Caserío, Twinner, Herbalife, Peluquería Gutiérrez, Javier Ortiz, Balonmano Alarcos, etc.). El
listado acojona por lo numeroso y variado de los que accedieron a poner su
nombre junto al nuestro. Y ya de paso nos ayuda a relativizar la sorpresa de
los últimos resultados electorales: podía haber sido peor.
El día de antes no se había hecho
prácticamente nada. Pero en ese momento Quique se puso serio y los puso a todos
a balizar. Como yo no estaba balizaron
sin orden ni concierto, a lo loco, como si la carrera fuera en dirección
contraria y encima mal. Y sin mi intervención facilitadora todo fueron enfados
y reproches. Lo que empezó siendo un proyecto ilusionante entre amigos llegó al
punto de poner en riesgo la estabilidad del club y de las relaciones entre sus
miembros. Tanto echaba de menos la institución la férrea (y sabia) coordinación
de quien esto escribe. Un puto desastre, vamos. Nadie sabía cómo terminaría la
cosa la noche de autos.
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Caras de mal rollo |
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"¡Un desastre, sin el presi no vuelvo!" |
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- "Déjame la moto que te la devuelvo mañana"
- "Pfff" |
Perpetración
Hasta que llegó esa noche y con ella muchos
corremontes y senderistas de la
provincia. Estaban los habituales (quijotes, corricollanos, quintoalientos,
alacatorces, fondistas, etc.) y algunos nuevos (en un momento dado pudo oírse “¡coño,
si ha venido hasta Félix Torroba!”). Una vez que llegó Marín ya pudieron salir.
El grupo de corredores lo cerraba Miguel Ángel, aka EL Conseguidor, y el de
senderistas Paco (el Inconmensurable) Vargas. Salieron del Polideportivo y recorrieron los cerretes de Poblete por los que
entrenamos durante la semana risco arriba y risco abajo, subieron por el cerro de Alarcos, desde donde se podrían ver, supongo, las luces de las poblaciones de alrededor, bajaron por la cantera, pasaron por la cueva
en la que al parecer había un avituallamiento magníficamente gestionado por Iván Palero (luego llegó Toribio pero no pasó
nada) y llegaron hasta Los Castillejos. Alguno con
cabeza a lo mejor paró a echar un vistazo tranquilo. Al parecer también había
chicas de largas piernas. Y finalmente volvieron al polideportivo donde les
esperaban unos grifos de cerveza, unas ricas viandas y amigos con los que
seguir hablando de correr, del monte y de las piernas.
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Marín dice que ya pueden salir y a José Luis le parece bien |
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Palero mirando el asunto |
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Palero mirando al cielo |
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Avituallamiento de la cueva |
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Corredores contentos |
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Corricollanos preguntándose cuándo llegan los cerros |
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Chicas |
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Un tío que no conozco de noche con un cuchillo en el monte |
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Correr por el campo por la noche se parece a esto |
Balance
Se lo comieron todo. Y debía de estar muy rico a juzgar por las caras de satisfacción del personal. Algo bebieron porque al día siguiente no hubo comentarios en el chat hasta bien pasadas las 11 de la mañana, hora peninsular. En definitiva, la Ikenona 2015 ha sido todo un éxito a pesar de mi ausencia. Algunas fotillos lo demuestran.
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No le presentes a tu hija, su rollo es el rock |
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Este no sé quién es pero si trajo un jamón bien está |
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Así terminó la sartén |
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Vino hasta Felix Torroba |
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CxC os desea felices fiestas |
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