En CxC no somos mucho de maratones de asfalto, pero en ocasiones merece la pena darle a las canillas atravesando calles, avenidas, plazas y -en el mejor de los casos, parques urbanos- rodeados de edificios, semáforos y vehículos a motor.
Carmelo, el hermano de Miguel Ángel, nuestro corredor más hipster, quería enfrentarse por primera vez a la distancia mítica, a los 42 kilómetros y pico. Quería, simplemente, saber qué se siente al cruzar la meta. Por tanto, como su objetivo no era correr como si le persiguieran, quisimos acompañarle para echarle una mano si es que lo necesitaba.
Esta crónica, como no podía ser de otra forma, es suya.
Gracias, Carmelo, por permitirnos acompañarte en tu primer maratón.
Maratón de Madrid 2015. (26.05.2015)
Una experiencia lejos del campo.
Por Carmelo García. @sencilloxfavor
Este fin de semana se ha celebrado el maratón de
Madrid con 15000 inscripciones agotadas y 12043 finisher. El keniata Ezekiel
Kiptoo Chebii repitió victoria con 2.12.00 -Ezekiel fue el primer atleta que
bajó de 2.10 en Madrid- en una carrera dura, por el diseño del recorrido, por
la lluvia y por el frío. (Por comparar, también hoy, el keniata Eliud Kipchoge
se quedó con la Maratón de Londres con un tiempo de 2.04.13)
Quique, David y Miguel Ángel, dispuestos a hacer
kilómetros para su GTP de Peñalara, se pusieron de acuerdo para venir a Madrid
y "acompañarme" en la aventura de hacer mi primer maratón.
Digo aventura, porque para mi era un suceso
extraño que vivía por primera vez, con resultado incierto y algo de riesgo; Digo
algo de riesgo y hacer, porque con 105 kg de peso yo no me atrevo a hablar de
correr, pero sí de hacer; Digo "acompañarme" porque estuvieron ahí,
al lado, conmigo, corriendo, andando, animando, reforzando, haciéndome dudar
para sacar de mi "el seguimos que llevaba dentro", poniéndole alegría
a un día gris y dando mensajes del tipo “tranquilo, encuentra tu ritmo”. ¡
menudo mérito, tener a alguien a tu lado sin que te taladre el cerebro con
mensajes fáciles y cansinos!. Simplemente,
AGRADECIDO SEÑORES.
Terminamos en un tiempo superior al esperado, y
el clima nos reservó para otro día el placer de las cervezas y aperitivos. Al
despedirnos, Quique, sabiendo que diría que sí, me invitó a hacer una entrada
libre en vuestro blog y aquí me he colado sin ninguna otra pretensión que
compartir contigo mi proceso. El proceso de hacer una maratón con 105 kg y en
5.24 h. Desde el principio hasta el caldo de cocido después del km 42.
¿Por qué me da por hacer una maratón?
Soy competitivo, en lo quiero y en el entorno en
que quiero. No trato de ser el más rápido. Hacer kilómetros me gusta, me sienta
bien estar conmigo, concentrarme en escuchar mi cuerpo, mi ritmo. Esto me da
vida y con la edad, 43, quiero estar cerca de lo que me da vida.
Me alejo de ser esclavo de los mensajes fáciles
de libros de auto ayuda. Huyo de lo vano, de la gente tóxica, de los dogmas …
Esto va de bienestar, de esfuerzo, de amistad,
de innovar, de ahí estoy, de cabeza. De logro, de enfocar tus esfuerzos a un
propósito. De sentir, pero de sentir sabiendo qué haces. De descubrir tus
límites identificando las señales que encuentras en ese camino para parar o
seguir.
En este sentido, me gustó la entrada de la
película Déjame Vivir del proyecto Summits of my Life de Kilian Jornet: “Lo que
estás a punto de ver es la forma como una persona altamente preparada se mueve
por la montaña. Se aconseja no seguir ni copiar su ejemplo”. (Sigo el Summit of
Life de Kilian Jornet. Es un gran atleta, no le conozco como persona, pero a mi
me ganó por los valores del proyecto, del equipo. Es un equipo. Me gusta su filosofía).
Hago ejercicio regularmente. Corro, hago bici,
esquío, juego al pádel …
Empecé a correr en 2012 y en este periodo he
hecho 8 “medias” y cuatro “Behobias”; entre 2.01 h y 2.18 h. El tiempo hoy no
me interesa. Dejó de interesarme el día que quise bajar de 50 m, los 10 km;
hice 50.04 y es probable que sea la carrera con peores recuerdos. Voy pasado de
peso. Dejé de fumar y pasé de 90 a 105 kg entre 2013 y 2014. (En 2016, DM,
haremos esta carrera con 90 kg. Este ya es un nuevo reto)
Así, un día de noviembre de 2014, después de una
Behobia desastrosa y sin muchas ganas de entrenar, necesitaba un “motivo para
seguir”. Me fui a ver a mi monitor/entrenador (entreno en la escuela del
corredor del Gimnasio DOS) y le dije que quería preparar la maratón de Madrid).
Jaime Rosado, es un tío 10, prudente y respetuoso. Te da su opinión y se atreve
a decirte no. Un triatleta, “modelo
madelman”, en activo en el club de los diablillos de Rivas, y que siempre está
al otro lado del teléfono o del mail para ayudarte –le puedes seguir en
@jaimecadalso-.
Sólo me faltaba decirlo en casa. Pero ahí tengo
ventaja porque mi mujer, Natalia, siempre va conmigo y me ayuda en cualquier
cosa que me propongo. Ella y los niños – Rodrigo y Álvaro - fueron clave en
este proceso como te contaré más adelante.
A finales de Noviembre ya tenía cinco cosas: 1
mi motivo, 2 mi reto, 3 el apoyo de la familia, 4 mi entrenador, y 5 mi chequeo
médico.
El entrenamiento
El programa no lo entendía, me parecía
insuficiente. Con tiradas no excesivamente largas, series, gimnasio… ¡ Pero si
esto va de correr mucho tiempo, me decía mi Pepito Grillo!.
El día de la cena de Navidad, con los compañeros
de la escuela del corredor, recibí el mismo mensaje de varias personas: No te
preocupes. Confía en él. Sabe lo que hace. Todos lo hemos conseguido.
Así hice. Me despreocupé. Mi trabajo consistía
en poner el tiempo y el esfuerzo, Un día, me dije: Si no confías en Jaime, te
buscas otro. Si confías en él, se acabó. No dediques ni un minuto más a esto.
En el último mes, reforcé esta idea publicando
un tweet: “para preparar tu primera maratón, toca confiar en tu entrenador.
Gracias @jaimecadalso”. A eso, @JoseMariaPena añadió, “Y confiar en ti … que sí
que puedes”. Está bien que los amigos te digan que confíes en ti. También
@lolagd74 y @jftp1970 han estado ahí estos cuatro meses con mensajes y
ánimos.
El resto, es planificarte para incorporar a tu
vida los entrenamientos. La gente que corre largas distancias, en general, no
suele andar por la vida dando escusas. Es gente de logro y de propósito.
La comida.
Poco te puedo decir sobre esto. Mi cabeza me
dijo: “quita lo que sobra; lo que te aleja de correr y p´alante. Ya llegará el
momento” No me compliqué mucho, fuera alcohol y a comer variado. Eso sí, para
mi, las cervezas de los fines de semana, no es alcohol.
La última semana, mucha pasta, verduras y pollo.
Para desayunar pan con tomate, jamón y café con leche sin lactosa.
El día antes de la carrera, mi cabeza me pidió
un buen entrecot para comer, con una ensalada. Para cenar sushi, película y a
la cama.
Sobre los geles para la carrera, fui probando
para encontrar los adecuados. El día de la carrera, no te puedo decir porqué,
no funcionaron.
La ropa
Te puedes liar. El mercado ofrece variedad y para
mi ha sido fundamental leer y preguntar sobre todos los detalles. “Ni todo lo
caro es lo mejor, ni a ti te vale todo aunque sea caro”.
Los atletas corren con zapatillas, un pantalón
minimalista y con una camiseta de tirantes. ¡Ya!, ¿y?. Son atletas. Todo les
vale y les sienta bien. Dedican su vida
a correr. No se les ocurre ponerse algo nuevo el día de la carrera, ni algo que
no hayan probado mucho.
Vimos corredores vestidos con disfraces de
torero y con zapatillas crocs – de playa o de reposo-; mi respeto y admiración para
ellos y para cualquiera que pueda hacerlo. Yo no puedo. A mi, elegir bien me da
seguridad. Probar me tranquilidad, o no. Haber probado, me da la certeza que
este calcetín no me hace ampollas, o que esta malla no aprieta, o …
Después de mi elección, sólo puedo decir que ni
un tirón, ni una ampolla, ni una rozadura. Nada que se pueda achacar a las plantillas,
ni a las zapatillas, ni a los calcetines, ni a las mallas, ni a las camisetas. Parece
que iba bien equipado, e ir bien equipado es llevar lo que a ti te va bien.
“El Fisio”, las plantillas y el calzado.
En mayo de 2013, pasé por el taller. Unas
plantillas mal hechas, o mal adaptadas, un resbalón, un esguince de tobillo,
posible cambio en la pisada y ¡crack!: La Cintilla Iliotibial, o síndrome del
corredor.
En ese momento, di vueltas por varios fisios y por
amigos, Lola y Felipe eran clientes, llegué a Holystic. (Su cuenta de twitter
@holysticpafrica, que hace mención a su labor social en África, y su web www.holystic.es).
Allí, al frente está Pablo Llanes, un tipo alto
y agradable, al que le gusta el baloncesto y del que puedes ver fotos con deportistas
de élite que te dan la confianza que pierdes cuando pasas por varios fisios.
Tiene un problema: es del Madrid, pero eso lo sabes cuando ya estás en la
clínica y no hay marcha atrás.
Me recomendaron que Pablo me hiciera el
diagnóstico y que después daba lo mismo quién me tratara; todos eran buenos.
Carmina, compañera en la escuela del corredor del DOS, trabaja allí –es la jefa
en la sombra, la que pone el orden… -, me cuadró una hora con Pablo para el
diagnóstico. Posteriormente, por opciones de disponibilidad, empecé con Alberto
Blanco. Alberto para mi, es “El Fisio”. Él me recuperó y él ha cuidado de mi
cintilla y del resto de mis dolores. Durante estos cuatro meses, mis visitas a
la clínica han sido planificadas. El día de la carrera, ni un dolor. Después de
la carrera, los propios del cansancio. Al día siguiente, el lunes, ya estaba
rodando para iniciar la desintoxicación.
Alberto, con la confianza ya ganada, me sugirió
“mirarme” unas plantillas con “Javi”. Y Javi, Javier Barrio Calvo, dio con la
tecla que faltaba. Adiós a los problemas en los pies, con las zapatillas, con
los callos, con las ampollas…
A partir de ese momento, elijo zapatillas por el
peso y en función de cómo encaja la plantilla.
El día antes de la carrera.
Me levanté temprano y salí a rodar 30 minutos. En
ayunas, y ni idea de porqué así. Me fui al lugar en el que he hecho la mayor
parte de las series. Inconscientemente busqué el recuerdo de los entrenamientos
y los ánimos de los compañeros de series y rodajes – Félix, Carmina, Ana,
LuisJa, Javi, Luis, Dioni, Miguel A. “El Pibe”, Carlitos, Juanma, Jaime… -. (Aquí
un abrazo especial a Javi, que no pudo correr por fallecer su padre esa misma
semana y a Luis, que quedó tercero de su categoría; un crack y un señor)
Recordé los días de lluvia, de frío, de sol,
pulsaciones a tope…
Rodando muy suave, vi la meta en El Retiro. Y
ahí, es donde aparecen los niños y Natalia, esperando a que les cojas de la
mano y entres con ellos. Esa imagen fue clave. A mi me ayudan los ejercicios de
visualización del camino para llegar al logro. Me centro en el camino, no en el
logro. No cruzo la meta, eso me lo reservo, me centro en ver, en coger las
manos y ahí me desconecto. Cruzar la meta me lo guardo para el día de la
carrera. Es mi premio.
Después del rodaje, a preparar la ropa y día de
deporte para los niños. A las 11, hockey sobre patines parte I. El equipo pre
benjamín B de Gredos San Diego, ganó 1-0 al pre benjamín B del Colegio Aldovea.
Buen partido de Álvaro, que con 7 años está perfectamente integrado con los
chavales de tercero y cuarto de primaria.
Comida temprana, un poco de lectura rápida y otra
vez al hockey sobre patines parte II. Partidazo en la categoría de alevines
entre los colegios Gredos San Diego y Virgen de Europa en Boadilla. Ganó Gredos
San Diego 1-5, con un fantástico partido de todo el equipo; lucharán por estar
en la Final Four de la categoría de alevines con los mejores equipos de Madrid.
Rodrigo ha vuelto en plena forma después de 6 semanas con el brazo escayolado.
A la vuelta, repaso mental de la carrera. Llegó un momento en que conocía
el recorrido de memoria. Esta vez decidí ir sin música. La música me la
pusieron Quique y Miguel.
Sushi para cenar. Buena digestión, viendo una
película y a la cama. Caí redondo. (Dormí como decía Larry Bird que dormía la
siesta antes de los partidos de Boston. Señal de triunfo)
La carrera.
Desayuno a las 6.00. Repaso de la ropa en función del
nuevo tiempo, con dudas hasta el último minuto.
A las 8, con algo de retraso, salgo de casa. En cinco
minutos aparco en el Barrio de la Estrella. Ahí me encuentro con algo parecido
al Equipo A, con furgoneta incluida: Quique, haciendo planes con la mochila y
los geles, Miguel haciendo fotos y desde detrás de los árboles, y prefiero no
saber de donde, pero con una caja de toallitas en la mano, aparece David.
Repasamos todo, les doy mis geles y pastillas de
hidratación, y nos dirigimos, bajo la lluvia, hacia la salida. Allí hemos
quedado con amigos. Por el camino, con José María y Merche que van a por la
media –Merche se hace un esguince y como es poco bruta entra por delante del
coche escoba, pero entra. ¡Qué tía @mevama!-, con Diego, que va a 4.30 a la
maratón – y hace 4.26-, con José Manuel, que dice que no sabe qué va a hacer, o
que si se va a parar, y se calza un 4.45 h, y con Tomás, del que desconozco su
tiempo pero se perdió en la carrera con David.
En el km 15, sin
esperarle, apareció el murito. Se fue sobre el 18. Qué putada. De éste ni había
oído hablar. Prepárate porque es nuevo y cada vez aparece más en las largas.
Por el 20 nos encontramos y saludamos a “Manuwar”, que ya
había terminado de rodar la media. A partir del 21, bajamos el ritmo. El
objetivo terminar y hacerlo sin lesionarme.
En la Casa de Campo, del 26 al 31 ya intuíamos que llegábamos.
Allí nos esperaba Rafa, con la bici. Mojándose. Él llevó el mensaje a meta de
“lentos pero seguros”. Con ritmo.
Quique ya por el 32 al salir de la Casa de Campo dijo que
íbamos sobre 5.30 h. Los últimos 7 km fueron largos. Llovía, hacía frío. Desde
el 36 fotos en el Reina Sofía, en Atocha, en el Paseo del Prado, en Neptuno, en
Cibeles, en Goya, así hasta el final.
Desde el km 40, y sobre todo en la plaza del Marqués de Salamanca, fue
una fiesta hasta llegar a meta.
Y allí con frío y lluvia, mojados estaban ellos: Álvaro,
Rodrigo y Natalia. A su lado, Mikel, con Mar y con Rafa.
Álvaro y Rodrigo entraron en la línea de meta. Les cogí
de la mano, ellos tiritaban de frío y yo no te puedo contar con palabras… ¡Me
atrevo a invitarte a que lo pruebes!
En casa, ducha fría y caliente. Cervecita con olivas y
algo salado, Caldo de Cocido y a reposar.
El resto de amigos y familia, que me han acompañado, no
hoy, sino estos cuatro meses, quedaron aparcados para después de la siesta.
Estaba destrozado: Mónica, Felipe, Lola, Javier, Iñigo, Julio, José María, Jaime,
los compañeros de la Escuela del Corredor… Los sobrinos, el 4 del Barça y
Constança, y tod@s los que me dejo, Un abrazote a tod@s.
¡Nos vemos en el campo!
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