20 oct 2016

PT281+ “ULTRADISTANCIA EN ESTADO PURO”



Resulta difícil escribir sobre algo tan largo y tan duro (con perdón).

Han sido 281 kilómetros recorridos en 65 horas.

Han sido muchas las sensaciones, las imágenes, los sonidos, las emociones que han tenido lugar durante todo ese tiempo, durante todos esos kilómetros.

Es necesario dejarlo reposar para poder apreciarlo en su justa medida. A pesar de ello, la aventura es tan intensa que parece intuirse que, en realidad, cuando pase un año, cuando vuelva a leer estas letras, no veré las cosas como las veo hoy. Quizá solo sea un recuerdo como esos que tenemos de cuando somos muy niños, que no sabemos si recordamos lo que hemos vivido o solo lo que nos han contado otros.

La experiencia solo se vive en primera persona. Es única, irrepetible, inigualable. El resto son “películas”.
De izquierda a derecha: José Luis, Toty, Miguel, Jorge, Quique, Antonio y Manu
¿Por qué hacemos una prueba así? ¿Es necesario hacer esto? ¿Qué se siente cuando terminas?

Estas preguntas solo las hace quién no ha vivido algo parecido. Y quiénes lo hemos vivido no sabemos responder.

Porque sí. Porque te apetece. Porque te hace sentir bien. Porque entre no hacerlo y hacerlo eliges la última opción. Porque quieres saber si puedes. Sin más.

¿Qué vives cuando haces una prueba así? ¿Se sufre tanto? ¿Se disfruta tanto?

Nunca he probado el cuero (salvo en los refuerzos de las zapatillas, zapatos de vestir o cinturones). No me considero masoquista.

Cuando repetimos y queremos más es porque el balance entre lo positivo y lo negativo, el sufrimiento y el disfrute, la alegría y el dolor siempre suele decantarse del lado “bueno”. Si estuviera más tiempo penando que disfrutando, no lo haría. Si el llanto fuera más largo que la risa, no lo haría. Si lo que me llena fuera más pequeño que lo que me vacía, correría otras cosas; o no correría.

En términos generales, particulares, absolutos y relativos, lo he pasado bien.

Aunque es cierto que también hubo momentos duros. Los abandonos del resto de CxCs han sido la parte negativa de la carrera. Jorge solo pudo completar los primeros 35 kilómetros del recorrido. Un accidente de bicicleta solo diez días antes de la prueba en el que rompió el casco con su cabeza (¡Él es así!) le impidieron seguir más allá de la primera “base de vida”. Justo lo que le habían dicho los médicos que debía hacerle parar (dolores de cabeza o vómitos) apareció al poco de empezar a correr. Manu lo dejó en el kilómetro 120 porque “no se encontraba”, no era su día y porque pensó que era mejor no maltratar al cuerpo para, al final, tener que dejarlo más pronto que tarde. Eso fue lo que nos dijo.

Tampoco pudo completar la prueba Antonio, uno de los Zenagas (Corricollano) que se unió a nuestro equipo. Uno de sus peroneos no le dejó seguir y decidió terminar su carrera con Manu, en el Km 120. José Luis –uno de los Quijotes (Ala 14) - que iba en puestos de cabeza, desistió en el kilómetro 140.

De la expedición también terminaron, Toty – el otro Quijote – que siguió después del abandono de José Luis yendo toda la prueba por delante de nosotros; y Javier –el amigo de Manu hasta entonces y nuestro amigo tras unirse a nosotros- que fue nuestro compañero de fatigas desde el kilómetro 120 en adelante.

Resulta muy duro y complicado encontrarte mal – o, simplemente, no encontrarte bien – en el kilómetro 120 y pensar que aún te quedan otros 160 kilómetros por recorrer. Creo que este fue el punto en el que hubo más abandonos.

En estas pruebas la cabeza es fundamental, los trucos mentales, la distracción forzada y, sobre todo, ser positivo para sobreponerte a los malos momentos (que los habrá, seguro).

Miguel, nuestro Miguel –el conseguidor de CxC- mi compañero durante todo el recorrido, ha sido el ejemplo perfecto de ánimo, positivismo y actitud para enfrentar una prueba como ésta.

El año pasado se enfrentó por primera vez a las largas distancias (más de 100 km) en el Gran Trail de Peñalara. Desistió en el kilómetro 80 por su “mala cabeza”. Eso le sirvió –tras analizarlo fría y pausadamente- para aprender. ¡Y vaya si ha aprendido!

Miguel no tardó muchos kilómetros en notar molestias en la zona externa de una de sus rodillas, en la cintilla iliotibial. Quizá fue por llevar en carrera un ritmo más lento del que era habitual en nuestros entrenamientos. Sin embargo, desde el primer momento pensó –y verbalizó hasta el final- que ello no podría con él. El dolor es subjetivo. No sé cuánto le dolía, pero él mantuvo a raya ese dolor, diciéndole –y diciéndome- que no podría retirarle. Después comenzaron las ampollas. Al principio me dijo que tenía los pies bastante mal, comparándolos con la carne de un cocido a medio hacer. Al verlo se me borró la sonrisa producida por el símil culinario. ¡Daban miedo! Las ampollas de unos dedos se montaban sobre los otros. Tenía algunas que le nacían de debajo de las uñas y éstas se habían desplazado como si flotaran sobre aquel líquido atrapado en aquellas burbujas de piel. ¡Un horror! Y, sin embargo, a Miguel solo se le ocurrió decir que ya no podría correr mucho, pero que podría andar muy rápido. Y eso hizo. Avanzar lo más rápido que podía. Menos mal que su pasado montañero y sus largas y delgadas piernas le permitían alcanzar un ritmo casi más alto que el que llevábamos muchos corriendo. Y así avanzamos muchos, muchos kilómetros. Yo corría todo el tiempo que podía (a mí los pies me dolían al andar, pero no al correr) adelantando a Miguel hasta que volvía a caminar lo suficiente para que él me cogiera. Otras veces yo me quedaba atrás caminando y después le alcanzaba volviendo a correr. Ni una mala cara, ni una queja, ni un lamento. Solo buen ánimo. Solo pensamientos positivos. A partir de hoy, Miguel para mí es TERMINATOR. Si logró terminar esto con los pies así, es capaz de terminarse el mundo a pie.

Eso es la ultradistancia: El ánimo, la cabeza, la predisposición, la confianza en uno mismo, relativizar, pensar en positivo… Siempre hay momentos malos (casi siempre varias veces) pero éstos siempre pasan; más tarde o más temprano pasan. El cuerpo es sorprendente. La cabeza más.

Otra cosa son las lesiones o los dolores impeditivos. Cuando no se puede, no se puede. Pero hasta de eso hay que estar seguro. Por eso, la experiencia también juega un papel fundamental en la ultradistancia. Hay que haberlo pasado mal y haberte repuesto para saber que eso es posible, para poder diferencia un dolor de una lesión, un contratiempo de un impedimento. Por eso también digo siempre que la ultradistancia es vida. ¿En qué se diferencian en realidad una y otra? Al final lo veremos…

Y así, como podía cada uno (yo trotando, Miguel andando a un ritmo vertiginoso y Javier luchando contra su falta de sueño en relación con nosotros por haber llevado una marchita menos durante los primeros 120 kilómetros) avanzábamos y avanzábamos.

Y por el camino nos encontrábamos con otros corredores que, por compartir mucho tiempo y mucha distancia con ellos, parecen una vez terminada la carrera parte de ella y, además, parte de ti.

Aprendimos muchas cosas de nuestros -ya- amigos portugueses, Pedro Batista y Rui Pinho.
Con nuestros amigos: Pedro (al lado de Miguel) y Rui (a mi lado)
PEDRO BATISTA, un piloto aéreo duro e inteligente nos guío durante muchos kilómetros ya que conocía la zona al haber hecho el año pasado 240 kilómetros de los 281 que tenía la prueba. En aquella ocasión tuvo que abandonar y este año se notaba desde el principio (cuando lo alcanzamos en el km. 80) que esta vez no se le escaparía.

RUI PINHO, el presidente de Asociación de Trail Running de Portugal (ATRP – Associaçao Trail Running Portugal), también compartió con nosotros muchos kilómetros, muchas risas, muchos “chascarrillos” portugueses y españoles… y mucho sueño. Fue él el que se empeñó en “resetear” la cabeza durante la última noche –cuando Miguel veía alucinaciones por todos lados- durmiendo primero quince minutos de reloj en una cuneta y, después, cinco “deliciosos” minutos en un banco de una aldea completamente dormida.

También nos reímos mucho con el humor y las bromas de FILIPE CONCEIÇÃO en sus idas y venidas al grupo, como si no le costara ir más lento o más rápido, como si fuera sobrado de fuerzas en todo momento. Después, además, hemos descubierto que es un auténtico artista. Pinta retratos como nadie.
El simpático Filipe
Hemos aprendido humildad de LÉONIE VAN DEN HAAK, una corredora Holandesa que decía que solo quería ser finisher para, al final, terminar sexta de la general, como quien no quiere la cosa. Una atleta ganadora en numerosas pruebas de ultradistancia internacional y, además, en humildad.
Léonie llegando a meta 6ª de la general
Conocimos a un ejemplo mundial de motivación en el brasileño VLADMI VIRGILIO, un atleta invidente desde hace 12 años que corrió con nosotros tratando de establecer un record mundial en sus condiciones. Al final no pudo conseguirlo, pero estamos seguros de que lo conseguirá, como ha conseguido hacer en dos ocasiones los 250 km por el desierto de Atacama (Atacama Crossing), recorrer el del Sahara o el del Gobi u obtener el reconocimiento y admiración del resto llevándole a ser este año uno de los portadores de la Antorcha Olímpica de los Juegos de Río. Hace lo que hace para ayudar a otras personas con su ejemplo, para que “vean que los problemas que tienen no son tan grandes”. Gente así logra ponerte los pies en el suelo, quitarte la tontería.
Vladmi Virgilio antes de la salida
Tampoco faltaron al PT281+ magníficos corredores solidarios como LEVI RIZK que dentro de su proyecto solidario RUN FOR HOPE pretende recorrer 3.000 millas en 100 días por Estados Unidos recaudando fondos para comprar dos autobuses-clínica para poder atender a los niños en África. O como CONS MOLEDO, el subcampeón de la prueba, un pontevedrés que corría para ayudar y tratar de hacer más visibles a los enfermos de ELA.
Levi en el km. 80
Cons Moledo
Y, cómo no, también nos contagiamos de la alegría, las ganas de vivir, la ilusión y la jovialidad de la participante más veterana de todos, ANALICE SILVA, una brasileña de 72 años (¡¡¡72 años!!!) que tuvo que retirarse porque no se “hizo” con el GPS, al no existir ni una sola baliza en todo el recorrido, pero que ha demostrado que aunque no se “lleva bien” con las tecnologías es una auténtica experta en correr y en vivir la vida intensamente.
Analice con nuestro Antonio, los veteranos de la prueba.

La carrera: 281 kilómetros dan para mucho.
 
Antes de salir
Quizá sea un rollo contaros qué vivimos en cada momento o en cada lugar.

Quizá se nos mezclen los recuerdos de tantas y tantas horas, tantos pasos, tantas piedras, tanto polvo, tanto calor…

281 kilómetros en semi-autosuficiencia son muchos kilómetros. Solo 7 bases de vida nos garantizaban el avituallamiento sólido y líquido necesario, el sitio para poder descansar un poco, para distraer la cabeza con los voluntarios y los organizadores, para repasar la estrategia, cambiar de ropa o, como Miguel, para dejarse curar los malheridos pies por las mágicas manos de Mónica.


De Belmonte (SALIDA, km 0) a Sabugal (km 35)

            Al principio de una carrera así, todo son risas, risas de alegría, de expectación, de nervios. Todos mirábamos nuestro GPS sin saber muy bien si aquel aparato nos guiaría durante 281 km.
 
El lío de los GPS antes de salir
            Salimos con un ritmo tranquilo, pero alegre.

            Pronto vimos que Jorge no estaba bien. Primer momento complicado.

            Empezamos a conocer a otros corredores. Portugueses, brasileños…

            Miguel y yo vamos por delante, junto con Jorge y Antonio. Manu y Javier un poco más atrás. Los colores amarillos y ocres de los últimos rayos de sol dejan paso a la penumbra.
Justo al entrar en el primer avituallamiento
            Primer avituallamiento. Jorge se queda. La cabeza le duele una barbaridad y solo tiene ganas de vomitar. La organización le retira el dorsal y llama para que lo lleven a urgencias. Nuestras buenas sensaciones se truncan al perder a Jorge. Tenemos que salir sin saber qué pasa. Antonio, prefiere quedarse con Manu y Javier que van un pelín más lentos.

De Sabugal (km 35) a Penamacor (km 80)

            Miguel y yo salimos más rápido. Notamos frío al arrancar, pero estamos muy bien físicamente. Sin embargo, no hablamos. Y cada vez que abrimos la boca es para nombrar a Jorge. ¿Qué pasará? ¿Qué le habrán dicho? ¿Estará bien? La organización nos dijo que nos dirían algo en cuanto lo supieran. Es de noche y vamos solos.

            La luna es espectacular. Vemos algunas luces delante de vez en cuando, pero van al mismo ritmo que nosotros. Vemos agua a nuestra derecha durante mucho tiempo. Es un embalse o un río. Superamos a algún corredor que comienza a sentir el cansancio

            Miguel comienza a tener mucho sueño. Solo llevamos unas horas, pero tiene mucho sueño. En alguna ocasión hace “eses” sin darse cuenta. Se duerme. En ese momento nos alcanza un todo-terreno de la organización para decirnos que Jorge está ya durmiendo en el hotel y que se encuentra bien. Las buenas noticias y la claridad intuyéndose en el horizonte nos pone las pilas. Miguel recobra la energía de forma súbita y comienza a ir más deprisa. Antes de llegar a Penamacor alcanzamos a Pedro Batista y otros que van un pelín más lentos. Vemos Penamacor, el km 80. Allí rellenamos nuestras reservas de agua y comemos tranquilamente todo lo que nos apetece.

 

Llegamos al km 80

Estamos muy bien
Rui y Miguel reponen fuerzas
De Penamacor (km 80) a Penha García (km 120)

            Salimos totalmente recuperados, pero pronto comenzará a subir la temperatura. El día se prevé caluroso. El agua se calienta mucho y muy pronto. Seguimos corriendo por paisajes monótonos. A lo lejos, muy lejos, se ve una población en la falda de una montaña. Es Monsanto, allí vamos. Miguel comienza a sufrir por las ampollas y por la cintilla. Paramos en una casa para ver si nos dan agua fresca. Sus dueños tienen familia en Valverde, un anejo de Ciudad Real. ¡Qué casualidad! El agua fresca nos sienta de maravilla. Llegamos al pie de la montaña para subir al castillo. Una señora nos ofrece agua fresca e higos con pan. Son miel pura. Noto cómo hacen efecto y Miguel me pide que suba a mi ritmo. Voy más deprisa que él. Hago la subida por una senda entre roca de granito que, al tocarla, quema. Llego arriba en un periquete, pero me pierdo. Encuentro unos lavabos públicos y me refresco. Aprovecho para vaciar el cuerpo. Cuando vuelvo al recorrido encuentro a  Miguel. Tiene mala cara y dice que no puede más, que le duele mucho la rodilla. Me obliga a dejarle. Uno de los corredores que se había retirado está siguiendo la carrera y le da un antiinflamatorio. Ésta algo nervioso y bastante preocupado. Quiere que le deje solo, que me vaya hacia adelante a mi ritmo. Ante su insistencia, le hago caso. Sé que quedan unos 10 km para llegar a la siguiente base de vida. Creo que es bueno que pueda pensar solo, que pueda medirse. Yo –en cualquier caso- le esperaría en Penha García. Allí podría comer, beber, descansar y hacer balance.

            Al llegar al avituallamiento me encuentro con José Luis y Toty. Como, bebo y, al poco llega Miguel. Se ha repuesto al poco de tomar el antiinflamatorio y ha empezado a aumentar el ritmo para cogerme, pero se ha perdido justo antes de llegar al pueblo. Comerá, beberá, descansará y nos iremos juntos otra vez. El durmió alrededor de una hora y media. Yo algo menos por ver los mensajes de todos al encender el móvil. Manu, Antonio y Javi han llegado. Los dos primeros se retirarán allí. Javi dudará un momento, pero nos pide un rato para poder venirse con nosotros. Al poco, salimos los tres juntos.
Antonio y Manu llamando para decir que abandonan. Aún no saben por qué.
De Penha García (km 120) a Idanha a Nova (km 154)

            Hace calor, pero hemos preferido salir para no andar tan justos con los tiempos de corte. Si tenemos tiempo después, volveremos a descansar, incluso dormir en la siguiente base de vida. Solo son 34 kilómetros los que nos separan de ella, pero se hacen muy largos, muy monótonos. Al caer la noche, todo es igual, siempre es igual. Vamos en ritmos parecidos a los de otros corredores. Nos adelantan y adelantamos. Pasamos por un monasterio, pero no hay ni un grifo de agua. Sigue haciendo calor aunque es de noche. Al ver las luces de Idanha a Nova nos alegramos y aumentamos el ritmo. La zancada es larga, bastante larga, aprovechamos el desnivel negativo, pero la carretera nunca acaba. Finalmente llegamos al castillo (siempre hay que llegar a todos los castillos) después de una larga y empinada (con perdón) subida.
 
Con la boca llena
Tenemos hambre, sed y sueño. Trataremos de calmar nuestras sensaciones, comiendo, bebiendo y durmiendo algo menos de una hora. Javi dice que se quedará durmiendo algo más de tiempo, ya que él no había dormido nada en Penamacor. 
Durmiendo junto al camión de bomberos, en Idanha a Nova. Miguel está camuflado a mi lado

De Idanha a Nova (km 154) a Lentiscais (km 196)

            Salimos un poco antes que Javi. Al principio notamos fresco, pero pronto entramos en calor, y con éste, llega nuevamente el sueño. En Ladoerio, a los 20 km de haber salido y 22 antes de llegar a la siguiente base de vida tenemos que parar a dormir media hora más. Nos dormimos de pie. Esa media hora de sueño es reparadora y, además, permite a Javi alcanzarnos al haber aumentado éste el ritmo desde que salió. El calor vuelve. 
 
¡Vamos a llegar y lo sabes!

Vamos mucho tiempo al lado de un río. Hay humedad. Comenzamos a subir y bajar. Javi se queda un poco rezagado. Llegamos a Lentiscais. Javier llega al poco de nosotros. Allí comemos muy bien. Yo, dos medios pollos asados (el mío y el de Miguel) y me tomo dos cervezas que me saben a gloria. 
 
Dos cervecitas y un frango grillado (pollo asado) entero en Lentiscais.

Miguel mientras está sentado en un cómodo sofá esperando que le curen los pies. 
 
Miguel esperando su cura de pies

Después él come y Javier y yo descanmos con los pies en alto.

De Lentiscais (196) a Ródão (km 227)

            Ya solo nos queda un tercio de carrera. Hay que soportar el calor. El sol es abrasador ese día. Largos llanos nos esperan. Si pasamos por alguna localidad aprovechamos para recargar agua y si vemos algún bar compramos cocacola y helados para poder resistir. Rui y Pedro también vienen con nosotros y Filipe aparece y  desaparece siempre con una sonrisa o alguna broma. Nos comenta que había estado con Toty y lo imita en un momento en el que, al parecer, no “coordinaba” demasiado. Nos reimos y hacemos un video para enseñárselo luego a Toty. 

Javier no para en alguna ocasión para poder tratar de adelantar para ver si puede descansar luego algo más o para no ir con el “gancho” porque creé (erróneamente) que va peor que nosotros. El tiempo sigue pasando y el calor no remite. Me apetece correr un poco y, al hacerlo, obligo un poco a Miguel a aumentar el ritmo. Me adelanto. Vemos el pueblo. Primero hay que bajar mucho hasta cruzar un río y, después, tenemos que volver a subir hasta llegar a la base de vida de Ródão. Al llegar nos dicen que casi no queda comida, que hay pollo pero que se ha puesto malo del calor. Con la pasta pasa igual. 
 
Pedro, Miguel y Rui recien llegado. Yo estoy en la ducha.

Me doy una ducha nada más llegar. No tengo ni toalla, pero me da igual. No quiero salir de la ducha, pero no podemos perder mucho tiempo. 

Me visto y me cambio de zapatillas por primera vez (Cambio las Sportiva Akasha después de 227 km por las Ultra Raptor). Los demás ya han cambiado más veces. Pruebo el pollo y a mí no me parece que esté malo. Me lo como. Como todo lo que puedo. Me da igual lo que sea. Tenemos que descansar un poco y tratar de dormir. Estamos en la tercera noche. Al final, somos capaces de dormir unos 40 minutos. Parecen suficientes. 
 
Con 40 minutos será suficiente

No podemos esperar más o no pasaremos los cortes.

De Rodao (km 227) a Montes da Senhora (km 259)
            El arranque es duro, muy duro. Nos quedan solo unos 55 kilómetros para terminar, pero a partir de aquí viene la parte más difícil por el terreno y por el desnivel (algo más de 2.000 m D+). Saldremos juntos Pedro, Rui, Miguel, Javi y yo. 

Salimos a por los últimos 55 km y + 2000 m
             Pedro empieza a calcular tiempos. Es posible llegar, pero no podemos parar prácticamente nada.

            Al poco nos metemos en un sendero que se pierde a cada paso hasta el punto de no encontrarlo. Estamos perdidos. Los GPS no son capaces de encontrarlo y resulta difícil guiarte únicamente por una línea imaginaria que no ves. Nos enredamos en la vegetación. La inclinación del terreno tira para atrás y hay que agarrarse para no caerse. Empezamos a sudar. Vamos muy lentos porque damos tres pasos para un lado y tres para otro, hacia adelante y hacia atrás. Hacemos varios intentos cambiando de posición entre nosotros para ver si alguno lo hace mejor. La línea del GPS dice que el camino está más arriba, debemos estar cruzándolo, pero el camino no se ve. No está. Estamos perdidos. Si estamos justos de tiempo, esto no es bueno. Empezamos a subir, a subir y a subir hasta que, por fin, encontramos una senda.

            Ahora tenemos que seguir subiendo. Todo el desnivel se acumula es este tramo de 32 km. El sueño vuelve. Yo subo cortafuegos con los ojos cerrados y los abro cuando las ramas de los pinos golpean mi cara indicándome que me desvío. Avanzamos sin abrir la boca, salvo para resoplar. Miguel no quiere mirar a los lados, porque tiene alucinaciones y ve cosas que no le gustan. Empieza viendo pinos podados de graciosas figuras gigantes y termina asustado viendo figuras menos graciosas.

            Javi tiene una pájara. Le miro a la cara y lo veo pálido y desencajado. Tiene que comer algo rápidamente. Lo hace y poco a poco seguimos subiendo y bajando hasta que vuelven las fuerzas. Javi es un tío duro, muy duro.

            Aumentamos el ritmo hasta que alcanzamos a los demás. Poco antes ni los oíamos.

            Seguimos subiendo y bajando. Javi se va descolgando un poco, pero está ahí detrás, con nosotros.

            El avituallamiento debe estar cerca, pero no llega, dejamos atrás la población donde creíamos que estaba. Hay que seguir subiendo. Llegamos.

            No tenemos tiempo para mucho. Yo quiero sentarme para poder cambiarme la camiseta y ponerme la de CxC para llegar a META. Lo vamos a conseguir, pero Miguel se pone nervioso y me crispa los nervios de tal manera que le ofrezco romperle la cabeza si no se calla. Él se calla y los de la organización acuden a nuestro lado asustados. Nos piden que no nos disgustemos. Yo les digo que no tengo ningún problema, que simplemente le rompería la cabeza a Miguel si no se callaba. Él vuelve a mirarme con cara de “noabrolabocamás”. Es el único momento de tensión en toda la carrera entre los dos. Él cree que no llegamos. Yo estoy seguro de que entraremos en meta a tiempo.

De Montes da Senhora (km 259) a Proença a Nova (META, km 281+)

Salimos sin acordarnos siquiera de la “controversia” anterior.

Rui y Pedro aumentan un poco el ritmo y se distancian un poco de nosotros. Pedro necesita llegar y no arriesgar ni un ápice.

Javi se queda un poco más atrás.
Javi lucha como un jabato para llegar
Todos queremos terminar y cada uno hace lo que puede.

Miguel y yo seguimos juntos. Los desniveles siguen siendo la tónica general. Ya solo nos queda una media maratón de montaña con 665 metros de desnivel positivo. Está hecho, pero tarda en llegar. No vemos lo que queda y cada vez que miramos el GPS parece que solo se mueve el contador de tiempo y que el de distancia va más despacio de lo normal.

Aquello de ahí tiene que ser PROENÇA A NOVA. ¡¡¡¡Lo es!!!!

Aún tendremos que callejear por el pueblo, seguir subiendo un poco más, hasta llegar a un parque. Se ven banderas amarillas…

Se empiezan a oír voces de ánimo. Voces y gritos de niños, de nuestros niños.
 
Recta de meta

Vemos la meta y las caras sonrientes de los nuestros. Mónica y Marisol salen a nuestro encuentro. Los niños corren a nuestro lado.

Manu y Anne están esperando con una sonrisa de oreja a oreja, como son ellos. 

Alicia también nos recibe y espera a Javi que viene por detrás. También llegará a tiempo.

Toty ya tiene una cerveza en la mano y Cecilia nos hace fotos desde que entramos en la plaza.

Ya no hay cansancio. Ya no hace calor. Ya no hay ampollas. Ni sueño. Ni dolor. Nada malo hay ya.


Solo queda una gran sonrisa y el alivio -y a la vez la pena- de terminar una prueba inmensa en muchos sentidos. En lo deportivo, en lo humano, en lo íntimo... 

Cuando uno termina una prueba de éstas, parece ser un poco más tierra y menos plástico. Más montaña y menos cemento. Más aire y menos humo.

La ultradistancia es vida   

Orgullosos en meta con nuestras medallas de finishers

En la chuletilla que abajo os muestro y que llevaba todo el tiempo pinchada con el dorsal queda reflejado por dónde pasamos. La hice para engañar al cerebro y pensar que había pequeñas metas en cada aldea, cada población, cada lugar destacable por el que pasábamos. Mi meta no era llegar a la siguiente base de vida, sino alcanzar el próximo punto intermedio en el que solo había unos chalets, un monasterio o una aldea abandonada.



Km entre bases
Km
Km Acumulado
Metros D+
Metros D+
Acumulado
BELMONTE
0
0



Sortelha
35,364
19
19


Urgueira
11
30


SABUGAL
5,5
35,364
914
914
Malcata
45,411
11
46,5


Meimoa
20,5
67


PENAMACOR
14
80,775
952
1866
Aldeia do Bispo
38,677
11 (+1,5)
(+1,5) 92


Aldeia do Joao Pines
2
94


Monsanto
14
108


Devesa
1,5
109,5


PENHA GARCIA
10
119,452
944
2810
Alcafozes
34,787
20,5
140


**(Sant N Sra do Almortao)
7
147


IDANHA A NOVA
7
154,239
768
3578
**(Finca)
42,724
8
162


Ladoeiro
7,5
169,5


**(Chalets)
22,5
192


LENTISCAIS
5
196,963
492
4070
Alfrivida
30,629
7,5
204,5


Vale de Pousadas
6
210,5


Perais
4
214,5


RÓDAO
13
227,592
433
4503
Perdigao
31,801
12
239,5


Ladeira
3
242,5


Foz de Cobrao
6
248,5


Chao do Galego
7,5
256


MONTES
3,5
259,393
1351
5854
Pena de Falcao
21,713
4
263,5


Sobreira Formosa
5
268,5


Figueira
2,5
271


Vale de Urso
4,5
275,5


PROENÇA A NOVA
6
281,106
665
6519


FUERA DE CRÓNICA. OFF DE RECORD.

* Después de todo nuestra aventura en el PT281+, pudimos decansar y disfrutar en compañía de los nuestros gracias a la generosidad de Sila (la madre de Mónica) en un Portugal de verdad, de pueblo pequeño y sencillo. Un Portugal que invita a volver, a recordarlo con la ilusión de revivirlo siempre que se pueda. Desde aquí, gracias a Sila, a Mónica y a su familia por todo ello.



2 ago 2016

Gredos 1 - CxC 1

Memorias del primer día en Gredos por "El Interino"

Me piden alguno de los CxCs fundadores que haga un relato de mi primer día de escapada montañera con ellos desde mi recién estrenada condición de CxC interino. Se qué no voy a estar a la altura de las crónicas que he leído en el blog ceporcerino,  pero intentaré que por lo menos no chirríe mucho.

Lo primero q pensé cuando vi llegar al Jordi a la rotonda del helicóptero donde había quedado en que me recogiera a las 6.25 h del viernes en cuestión, es que no nos merecíamos ir en semejante y nuevecito todoterreno full equipe, que íbamos a parecer putos montañeros de verdad. Jorge llegó, como no podía ser  de otra manera,  mascullando entre dientes algo así como que "hostias, joder, su puta madre, que llegaba un poco tarde por que le había surgido nosequé de última hora". Viniendo de Jorge, unas disculpas en toda regla.

"El Interino"
El siguiente en subirse al carro debía ser Luis, el presidente de Washington, al cual tenía ganas de conocer un poco más a fondo, ya que hasta ahora solo le había visto tomando cervezas (muchas), y por los chascarrillos y anécdotas que unos y otros me habían contado en nuestras salidas correcampistas que hacemos para poder ir luego a un bar. Mi primera gran decepción con el fue que no estaba puntual como de un presidente se puede esperar. Ni siquiera que respondiera al teléfono ni a la llamada al timbre de su portal. Bajó a los 20 minutos, diciéndonos que perdonáramos, que se había dormido. Así, tal cual, el presidente.

Quique sí que estaba esperando en el sitio convenido, con su flamante mochila Salomon 20 l nueva, en la que yo dudaba que le cupiera todo lo que habíamos acordado, por que mi mochila abultaba  por lo menos el doble y pesaba como si se me hubiera metido dentro alguna vecina mientras esperaba el ascensor. Entre unas cosas y otras íbamos a salir casi tres cuartos de hora más tarde de lo previsto.

Con estas, salimos rumbo a la sierra de Gredos.

Tras meternos un poco con Jorge por no haber tenido la previsión de traer la música adecuada, Quique se quedó tronchao con la boca abierta en el asiendo de atrás mientras Luis daba alguna que otra cabezá.

Llegamos al sitio convenido (convenido por ellos, que yo iba de interino en prácticas y pensaba portarme bien, ir a donde me llevaran y comérmelo todo como un niño bueno) donde íbamos a dejar el coche los 3 días (eso creíamos), nos ensilamos unos montaos de panceta y lomo, cargamos el agua que nos cabía y enfilamos para el monte.

Er monte es nuestro
Aún nos las pintábamos felices
Los primeros 10 kms (unas 3 horas) todo fue coser y cantar, qué bonico está el campo, échame una foto en esta roca y cosas así... Hasta qué me di cuenta de que la suela de una de mis zapatillas Salomón x pro del 2003 nuevas se había despegado completamente y la llevaba abierta hasta casi la mitad de la planta del pie. 

Con estas zapatillas nada podía salir mal
En mi inexperiencia, casi me lo tomé a broma, hasta que vi la cara del Presi, que no era de broma, en absoluto. Tras probar una chapuza con cinta aislante, Luis me recomendó, amablemente, que me diera la vuelta, cogiera el coche y fuera al pueblo más cercano a comprarme unas zapatillas en condiciones, que con esas iba a poner en riesgo la expedición. Quique, en un ataque maternal que hizo que se me saltaran las lágrimas, dijo que cómo iban a dejar que se fuera el niño solo, no fuera a perderse o a darle un yuyu (que dicho sea de paso era ya la 1 de la tarde y hacia un calor de muerte), y que puesto que éramos 4, lo más sensato sería que dividiéramos el grupo en 2 y él me acompañaría a mí en lo de comprar las zapatillas, que a saber cual me compraba si me iba solo...

Dicho y hecho, nos separamos en parejitas y Quique ( a partir de ahora mamá) y yo nos dimos la vuelta y desandamos o desanduvimos  lo que habíamos hecho. Tengo que decir que en el fondo( y en la superficie) agradecí enormemente el gesto de mamá Quique, ya que le tengo mucho respeto al monte y todavía me considero un piltrafilla de estas cosas, y aunque sé que Luis me mandaba sólo porque a él le parecía una minucia, yo no veía tan claro hacer el camino de vuelta sin equivocarme en ninguna senda y hacer el recorrido en 5 o 6 horas en lugar de en 3.

El equipo Pokemon
El caso es que durante el retorno a Quique se le encendió el gen competitivo y determinó que debíamos llegar no en 3 horas, si no en 2 y media y que incluso si me atrevía, corríamos un poco. Yo en ese momento me sentía bastante culpable por hacerle perderse parte de la ruta tan chula que se habían planeado para ese primer día, y desoyendo a la vecina que llevaba metida en la mochila, le dije que vale, que corríamos. Y eso hicimos. Imagino que mirándome desde atrás solo se me verían mis patillas de gorrión pegadas a ese mochilón saltando de piedra en piedra, tratando de seguir a mamá pato, que encima, ahora que no me oye, se ha puesto en forma, el hijoeputa.

Ultrarunner enjuagándose
El caso es que llegamos en el tiempo previsto (previsto por Quique) y decidí que a tomar por culo los bocadillos chiclosos que teníamos previstos para la comida del día, y que lo menos que podía hacer era invitar a comer a aquel gañán que había querido acompañarme, a una comida de mesa y mantel. La ensalada campera, lentejas y secretos nos supieron a gloria. El café quisimos tomarlo en Monbeltrán, a unos 15 kilómetros, donde el posadero nos había dicho que encontraríamos una tienda de deportes. Llegamos a la conclusión que dicha tienda de deportes debía ser de su sobrino por lo menos, porque nuestra sorpresa fue grande cuando, al llegar, vemos el rótulo de la tienda "PAPELERÍA Y DEPORTES" y sólo se vislumbraba desde el escaparate (porque no abrían hasta las 6 y eran las cuatro y media)  mochilas del Real Madrid y algún balón de fútbol. Y yo que iba pensando en esportivas ...

Tras buscar por internet decidimos ir a Arenas de san Pedro, que parecía haber 3 tiendas de deportes y en alguna habría algo. Al final, para no enredarme más, terminé comprando las únicas zapatillas de trail que tenían de mi número, unas adidas kanadia con goretex, que seguro que en La Mancha me viene muy bien, por la que me soplaron casi 100 pavicos muy ricos.

Lo siguiente en el plan trazado era ir en coche hasta la plataforma de Gredos, dejar el coche en el parking y subir hasta el refugio donde íbamos a pasar la noche con Luis y Jorge.

Estos dos sí se esforzaron
El tiempo estimado hasta el refugio, según la red de redes era entre 2 y 3 horas, pero Quique decidió que qué cojones, que esto lo hacíamos nosotros en menos de 2 ( porque además, si no lo hacíamos así, corríamos el riesgo de quedarnos sin cenar, que el cierre de la cocina era a las 22.30 y el toque de silencio es bastante estricto en los refugios de montaña, que la gente allí son de mucho madrugar y eso)  y se puso a imprimir un ritmo como si no llegara a tiempo a pasar un control del ultra trail del montblanc ese que hizo. Vamos que me llevaba con la lengua fuera, pensando seriamente decirle a quien cojones se hubiera metido en mi mochila que ya estaba bien, que se bajara de una puta vez. Quique, que me veía con cara de renegado, se puso a darme una master class sobre positivismo y actitud en las carreras de larga distancia. Para colmo, en una de las fuentes del camino me había inflao a beber agua fría como el corazón de Luis (todavía me reconcomía el hecho de que me hubiera querido apartar de su lado, echándome sólo  a los lobos, con tan sólo 10 kms de común travesía), que me cayó como un tiro en el estómago. 

La verdad es que no me duró mucho tiempo. Enseguida me rehice y pude disfrutar como se merecía de las vistas de Gredos que teníamos delante. La bajada a la Gran Laguna, donde está el refugio Elola donde íbamos a pasar la noche es, simplemente, espectacular. Bajamos los últimos kilómetros alegres y contentos, cual cabritillos de monte, deseando ver a nuestros amiguetes, darnos una ducha, cenar y si eso, tomarnos una cerveza. Nuestra sorpresa fue grande al comprobar que nuestros compis no habían llegado y nos quedamos un poco descuadrados, porque dudábamos de que hubiera en su camino algún bar que les hubiera hecho entretenerse. Nos duchamos con agua fría de las montañas al aire libre (eran casi las 10 de la noche), obsequiamos con la vista de nuestros culos a quien quiso disfrutarlos y nos pusimos con ropa limpia a esperar a que llegarán los que faltaban. No esperamos mucho. A los 15 minutos decidimos que ya estaba bien, que teníamos hambre, que los espaguetis tenían una pinta estupenda y que nuestro compañerismo no daba para más. Si creyéramos en esas cosas hubiéramos dicho que nos supieron a gloria bendita. Quique además se enjaretó  una bandeja de lomos en salsa de la cual yo solo cogí 4 y nos bebimos las ¡primeras! cervezas del día. 

diosss
Cuando ya estábamos empezando a preocuparnos de más, porque la noche se había echado totalmente encima, y los montañeros que iban llegando no tenían ninguno el porte estilizado ni el encare sonriente que intuíamos traerían los nuestros, pedimos a la cocinera que les apartara por caridad cristiana un par de platos de lo que fuera, antes de cerrar la cocina. Nos íbamos a salir a tomar el fresco fuera para ver si los veíamos llegar y pensando en cómo repartirnos sus pertenencias, cuando los vimos entrar en el refugio, sudorosos como si hubieran hecho algo, blancos como una pared y sin casi poder ni hablar maldecían no se qué de unos putos piornos ( todavía no me quedó claro lo que son) , que se habían quedado sin agua, que habían estado a punto de beberse sus propios orines y lindezas de esa calaña. Vamos, que se habían perdido, que no tienen ni puta idea de utilizar un GPS y que qué duro es el monte, eh, Luis? Y tu querías dejarme sólo EH, LUIS? QUE YA CASI SE ME HABÍA OLVIDADO, EH, LUIS?

Poco más queda que contar de ese primer día. Tomamos unas pocas cervezas ( nos más que otros, que yo en esto también soy interino), dormimos en una de las 3 habitaciones del refugio, la denominada " Los hermanitos" junto a otras 20 personas (si, 24 en total)... Bueno al final resultamos ser 23, porque Quique no soportó el calor y después de dejar empapados de sudor su parte de colchoneta y su cojín, cogió su saco y el plumas y se fue a dormir al fresco de Gredos.

Para finalizar, debo reconocer, y más viendo lo que nos venía en los siguientes 2 días, que fue una decisión acertada la de Luis de hacerme volver al pueblo más cercano a buscar otras zapatillas, que ni de coña hubiera aguantado con las que llevaba y seguramente me hubiera perdido cosas espectaculares como la subida al Almanzor, a casi 2.600 m de altitud y alguna otra cosa que hicimos también y que dejo que sea otro, si quiere, el que os la cuente, pero os adelanto que han sido 3 días espectaculares por el paisaje y por la compañía.


¡Qué bien lo pasemos!!!

24 jul 2016

Gredos 1 - CxC 0


El fin de semana del 15 de julio un puñado de aguerridos ceporceses (Quique, Jorge, Federico y un servidor, su Pte.) nos fuimos a patearnos Gredos. Nuestro ánimo, pasar tres días dando patadas a las piedras, injuriando a otros y denunciando la hipocresía del mundo. Nuestro plan, hacer en tres días la travesía integral del macizo central de Gredos, empezando en el Puerto del Pico y terminando en el de Tornavacas. Nuestro conocimiento previo del asunto, ninguno salvo una ruta en wikiloc de unos que no sabemos quiénes son y un mapa de la editorial Alpina. O sea, de risa. 

Tras una semana estudiando el mapa y preguntando por ahí forjé un plan perfecto: el primer día haríamos unos treinta y pocos hasta llegar al refugio Elola, el segundo continuaríamos otros veinticinco hasta llegar a alguno de los refugios que hay a lo largo de la sierra llana y el tercero alcanzaríamos el final del trayecto. Casi todo lo haríamos por la cuerda de la sierra, excepto en las partes más técnicas, en las que animales como nosotros no debemos meternos por carecer de experiencia y que tendríamos que evitar bajando lo que fuera necesario. Al ser mediados de julio, el gran problema sería el agua, pero entre las fuentes y los arroyos que bajan por las sucesivas gargantas tendríamos la posibilidad de abastecernos a lo largo de la ruta. 

En esta breve descripción de nuestros planes hay ya demasiados errores como para que podáis llegar fácilmente a la conclusión de que no alcanzamos nuestro destino. Llegamos al circo de Gredos pero no salimos de allí. El primer día fue tan duro como para revisar nuestro plan sobre la marcha, una posibilidad abierta desde el principio. El primer imponderable fue la zapatilla de Kiko, el CxC interino, a quien al parecer no le había parecido sospechoso que sus Salomon le hubieran durado 13 años.  Rápidamente se convirtió en carpanta, sus zapas de deshicieron y tuvimos que dividirnos: Quique y él se dieron la vuelta para conseguir otras zapas, Jorge y yo seguiríamos la ruta prevista y esa tarde nos encontraríamos en el refugio Elola. 



Al poco de separarnos alcanzamos la cuerda por el Puerto del Arenal (1.800) y de allí seguimos hacia el oeste pasando, sucesivamente, por Canto Cochino (1.900), La Cabrilla (1.990), el Mojon de las Tres Cruces (2.150), el Risco del Águila (2.125) y el Peñon del Mediodía (2.220). Águilas enormes y cabras con cuernas impresionantes fueron lo mejor del camino. No son muchos kilómetros pero entre el sol y la dureza del recorrido perdimos mucho tiempo y energías. Los mojones eran claros pero el rastro de la senda se perdía entre piornos cerrados, altos y secos, de modo que avanzar requería pelearse con ellos y sufrir muchos arañazos. Éramos muy lentos.



Cuando habíamos llegado a la mitad del recorrido previsto para la primera jornada estábamos ya muy cansados y casi sin agua. Fuentes anónimas (!) nos habían comentado que podríamos encontrar agua en la garganta que nace al norte del Puerto del Peón o en la Fuente de la Mira, así que hacia allí íbamos administrando la que nos quedaba y con síntomas de deshidratación. Pasado el Puerto del Peón vimos una garganta por la que parecía bajar un arroyo y en la cual no había ganado. Pero no era seguro que corriera algo a estas alturas del verano y bajar en lugar de seguir por la cuerda suponía perder unos doscientos metros de altitud que luego tendríamos que volver a ganar. Es decir, estábamos ante un dilema en toda regla: arriesgarnos a bajar y que no hubiera agua o arriesgarnos a seguir hacia la Fuente de la Mira, que nos habían asegurado que no estaba seca, y que tampoco hubiera allí. Al final bajamos. Al acercarnos no se oía rumor de agua corriendo pero a unos diez metros vimos que algo llevaba, aunque la apariencia no era tranquilizadora. Bebimos lo justo porque no nos fiábamos y retomamos la subida hasta la Mira con un par de litros cada uno, esperando encontrar mejor agua más arriba. El agua resultó ser allí peor, así que nos bebimos toda la que habíamos recogido en aquella garganta, en un movimiento muy elegante que dejó de serlo al día siguiente. Todo el tema del agua nos retrasó otra vez y llegamos al kilómetro 20 bien avanzada la tarde, muy fatigados y no de buen humor. 



Por lo menos hasta ese punto el track, permanentemente contrastado con el mapa, nos había llevado bien. Seguimos por Las Molederas (2.240) y el Risco Pelucas (un saludo a mi cuñado) hasta un punto en el que el track se separaba de la cuerda. En lugar de llegar al Puerto de Candeleda y desde allí bajar por el refugio del Rey, estos fenómenos bajaban hacia la senda de la plataforma a la laguna grande por el pluviómetro. Y lo hacían fuera de la senda marcada en los mapas. Como no conocíamos la cuerda y nuestra experiencia en montaña es inexistente decidimos hacer caso al track y ese fue un error definitivo: no sólo perdimos mucha altitud sino que terminamos presos de patas, nunca mejor dicho, en el enésimo piornal, éste ya sí capaz de agotar la paciencia de Jorge y las pocas fuerzas que nos quedaban a los dos. 



Una vez en la senda a la laguna grande ya todo era fácil pero tuvimos que darle a la zapatilla para llegar al Elola antes de las diez y media, hora en la que se cerraba el chiringo, o eso me quería sonar. Llegamos de noche a las diez y veinte, cansados tras casi once horas de monte, deshidratados y con una buena lección en las patas y en la mollera. Gracias a nuestros otros dos compañeros pudimos cenar en condiciones y nos fuimos al sobre rápidamente. Si, como dice mayayo, la montaña es para quien se la gana, estaba claro que nosotros todavía nos la teníamos que ganar. 

20 may 2016

IN-FERNÁN CABALLERA 2016



FERNÁN CABALLERO
12 DE JUNIO




RECORRIDO

Sierras del Perro y del Gigante. Fernán Caballero.
RUTA TRAIL: 2 modalidades: 21 km. y 600 D+ aprox./ 13,5 km. 200 m D+
RUTA SENDERISTA: 12 km. Y 180 m D+
Tracks (próximamente) 
INSCRIPCIONES

Precio: 10 € (mismo precio para todos).
Plazo: 20 de mayo - 9 de junio.
Modo de inscripción: "On line"A través de CRONOMANCHA (enlace AQUÍ).
Nota: la inscripción cubre el seguro de accidentes y responsabilidad civil, avituallamientos líquidos, dispositivos de seguridad para el corredor -ambulancia, corredores escoba...- y un obsequio de la organización.
Será necesario rellenar y firmar pliego de descargo de la organización al retirar el dorsal.
PROGRAMA

12 de junio
08:00 h. – 08:45 h.: retirada de dorsales.
09:00 h.: salida.
10:30 h.: hora estimada llegada primeros corredores.
13:00 h.: cierre de carrera.
13:00 h.: alterne en la plaza del pueblo con migas, cervezas y chascarrillos. 
(Colabora Excmo. Ayuntamiento de Fernán Caballero)

REGLAMENTO
Artículo 1. La carrera 
1.1. La In-Fernan Caballera es una carrera organizada por el CD Corriendoporelcampo.
1.2. La carrera se celebrará el domingo 12 de junio de 2015, con salida a las 09:00 horas.
1.3. La carrera tendrá tres modalidades, todas ellas no competitivas: un trail de 21 kms, otro de x km. y una ruta senderista de 12 kms.
Artículo 2. Participantes
2.1. Podrán participar en esta carera los corredores nacionales y extranjeros mayores de edad, debidamente inscritos en la forma establecida en el presente reglamento y que posean la condición física apropiada para competir en carreras por montaña.
2.2. La participación queda limitada a 300 inscripciones entre todas las modalidades, sin posibilidad de aumentar el cupo.
Artículo 3. Categorías y premios
3.1. Las modalidades de trail tendrán carácter competitivo, pero no habrá clasificación. La prueba senderista no tendrá caracter competitivo.
3.2. Solo habrá categoría masculina y femenina. Todos disfrutaremos lo mismo.
3.3. No se otorgarán trofeos, aunque sí podrán destacarse determinadas cualidades de los participantes.
Artículo 4. Descalificaciones
Será motivo de descalificación:
- La falsedad en los datos de inscripción. 
- No completar en su totalidad el recorrido. 
- No llevar el dorsal totalmente extendido, bien visible y en la parte delantera. 
- Desatender las indicaciones de la Organización. 
- Deteriorar o ensuciar el entorno. Es obligación de cada corredor llevar sus desperdicios,
latas, papeles, etc  y dejarlos en los lugares habilitados a tal efecto por la organización. 
- No pasar por todos los controles. 
- No prestar auxilio a cualquier participante que lo requiera a causa de un accidente, siendo obligatorio avisar al punto de control más cercano. 
Artículo 5. Responsabilidad
5.1. La Organización declina toda responsabilidad en caso de accidente o negligencia por parte del corredor, así como en las lesiones que se cause.
5.2. Cada participante estará cubierto por un seguro.
5.3. Por motivos de seguridad todo corredor que abandone la prueba estará obligado a comunicar su retirada al control de paso más próximo y entregar su dorsal.
5.4. Es imprescindible rellenar el Pliego de Exención de Responsabilidad en la recogida del dorsal.
5.5. Las entidades organizadoras declinan toda responsabilidad de la que pueda ser causa o víctima los participantes durante el transcurso de los entrenamientos y en la prueba misma, siendo los competidores los únicos responsables y en ningún caso éste o sus representantes podrán entablar demanda judicial contra la organización o persona vinculada a ella.
5.6. La organización no se hace solidaria de los gastos ni deudas que pudieran contraer los participantes antes, durante o después de la prueba.
Artículo 6. Suspensión de la prueba
6.1. La organización se reserva el derecho de modificar o suspender la prueba por causas meteorológicas u organizativas.
6.2. La organización está obligada a informar, con el suficiente tiempo de antelación, de cualquier modificación o suspensión que pudiese sufrir la prueba.
6.3. Si por cualquier causa de fuerza mayor (incendio, nevada, inundaciones o cualquier otra catástrofe que pudiese producirse), la organización se viese obligada a tener que suspender o aplazar la prueba, se buscara otra fecha en el calendario para su realización. Esta será lo más próxima posible a la originalmente fijada, y se comunicará a los participantes en el plazo máximo de una semana desde el momento de la suspensión o aplazamiento de la misma. En estos casos, si el participante ya inscrito, no pudiese acudir a la nueva fecha fijada por la organización, solo le será reembolsado el 50% del coste de la inscripción, restándole los gastos generados por las transacciones bancarias.
Artículo 7. Inscripciones
7.1. Las inscripciones se realizarán on line a través de la página cronomancha.como cuyo enlace se encuentra en la corriendoporelcampo.blogspot.com. 
7.2. La inscripción es personal e intransferible y supone la aceptación del presente reglamento. 
7.3. Los dorsales serán adjudicados por el orden de inscripción. 
7.4. El coste de las inscripciones será de 10€ para todas la modalidades. 
7.5. No es necesario estar federado para poder participar.
7.6. El hecho de inscribirse supone la total aceptación del reglamento de la prueba. Su desconocimiento no exime de su cumplimiento. 
Artículo 8. Entrega de Dorsales
8.1. La entrega de dorsales se realizará en la zona de salida en la Plaza del Ayuntamiento a partir de las 8:00 horas identificándose con DNI.
8.2. Además es imprescindible presentar firmado el Pliego de Exención de Responsabilidad, aceptando el reglamento de la prueba.
Articulo 9. Itinerario
9.1. El itinerario y los puntos de avituallamiento de las dos modalidades se darán a conocer en la pagina web www.corriendoporelcampo.blogspot.com.
9.2. El itinerario de la modalidad trail será de aproximadamente 21 kms. y 600 m. de desnivel positivo.
9.3. El itinerario y los puntos de avituallamiento podrán ser modificados si por causas naturales o administrativas la organización lo considera conveniente.
Artículo 10. Señalización
10.1. La prueba estará marcada con cintas plásticas y balizas identificativas de la propia carrera a lo largo del recorrido, prevaleciendo las marcas en todos los cruces. Los lugares que puedan conducir a confusión estarán debidamente señalizados con cinta de balizar de color que contraste claramente. No obstante, será responsabilidad del corredor la localización de la señalización que será de colores vistosos.
10.2. El corredor deberá realizar el recorrido completo. Estará obligado a seguir el recorrido oficial y será el único responsable de sus errores en cuanto a localización y orientación se refiere.
10.3. La organización podrá situar puntos de control a lo largo del recorrido. En tal caso, en esos puntos habrá de recogerse una pulsera identificativa. Al término de la carrera, el corredor ha de tener tantas pulseras como controles se hayan realizado en la prueba en la que está inscrito.
Articulo 11. Tiempo de finalización
11.1. El tiempo máximo de finalización de la carrera será de 4 horas.
11.2. Todo corredor que abandone la prueba deberá comunicar su retirada al control de paso más próximo y entregar su dorsal. 
Artículo 12. Material obligatorio
- Gorra o similar.
- Bidón o sistema de hidratación. La organización no facilitará vasos ni recipientes para la hidratación de los participantes en los avituallamiento para fomentar una participación ecoresponsable. Por tanto, serán los propios participantes los que deberán portar su propio vaso si quieren hacer uso de los avituallamientos líquidos.
- Calzado adecuado para el senderismo o la práctica deportiva fuera de pista.
Artículo 13. Obsequio
-Todos los que finalicen la prueba en cualquiera de sus modalidades recibirá un obsequio conmemorativo. 
-Al final de la prueba se ofrecerá una comida campera a todos los participantes y acompañantes.

10 may 2016

¡Corre! Que se presenta RUN CON LIMÓN


¡En CxC no solo corremos!

De hecho, algunos de nuestros miembros (con perdón) se dedican a cosas tan dispares como fabricar chorizos, desgranar los recónditos vericuetos del Derecho Administrativo, enseñar al que no sabe, vender zapatos, contar noticias deportivas, defender pleitos, dar de comer al hambriento, arreglar sonrisas... Vamos, que somos un poco de todo y mucho de nada. 

Pero si se trata de oficios de relumbrón, tenemos que hablar de nuestro miembro (con perdón) de honor, el maestro LUIS ARRIBAS, al que nosotros en su día conocimos como SPANJAARD y al que ahora, gracias al cariño, llamamos "el Arribas". 

Y al bueno del Arribas se le da muy bien todo lo que tiene que ver con correr y, además, también es un fenómeno en lo que a escribir se refiere.

Esta vez ha vuelto a juntar las dos cosas y le ha salido un pelotazo de escándalo, un RUN CON LIMÓN de los más rico y refrescante que podeis degustar en estos tiempos en los que lo comercial y el postureo se mezclan a partes iguales para sacar tajada de todo lo que tiene que ver con el running (antiguo footing o jogging, que te toda la vida ha sido correr).

Y es que Luis Arribas no tiene ni un pelo de tonto, ni de tontería. Llama a las cosas por su nombre. Sus más de treinta años corriendo y haber superado más de cien veces la distancia del maratón le hacen conocer de verdad y desde hace mucho todo lo que ahora nos descubren los recién llegados a esto del tacón-punta-tacón.

Y como él es un tipo muy afable (para nuestra suerte) y muy CxC (para su desgracia) va a venir aquí, con nosotros, a presentar su RUN CON LIMÓN

Y lo hará -como es él- de forma original:

Quedaremos el día 28 de mayo a las 11:00 en el Parque del Pilar, en el Rumor del Agua (Terraza Guridi). Lleva zapatillas de deporte porque nos daremos un trote de media horita con el autor mientras charlamos de todo un poco. Y, después de ese trote para entrar en calor y en materia, a las 12:30, tendrá lugar, allí mismo, la presentación del libro. Ni que decir tiene que siendo un libro con ese título, en ese entorno y estando por medio los CxC alguna cerveza cae mientras se presenta la criatura.

También está avisado ROBERTO LEAL (sí, ese andaluz guapito, muy majo, presentador de "España Directo") prologista del libro, amigo del Arribas y también otro corredor de los que piensan dónde van y no cuándo llegan.
Roberto Leal de www.robertoleal.es
No lo dudes. Si quieres saber de qué va esto del correr de verdad de la buena, si quieres que te presenten de tú a tú un libro sobre lo que más te gusta, no te lo puedes perder. Y si no sabes aún de qué va esto, tampoco faltes, porque aquí te vas a enterar de lo vale un runner.

¡No lo olvides! Si quieres correr con nosotros, el día 28 de mayo a las 11:00 en el Parque del Pilar (Rumor del Agua - Terraza Guridi). Si solo quieres asistir a la presentación y tomarte algo con nosotros, vente a las 12:30 para que nos de tiempo a estirar las piernas y la lengua antes y a contar unos chascarrillos al final.

¡TE ESPERAMOS!




"Run con Limón se diseñó para que llevara dos hielos, dos dedos de run y dos rodajas de limón. Resume esos pensamientos a los que un corredor, al menos una vez en su vida, debe enfrentarse. Resume lo que siempre quiso saber el acompañante o familiar del que corre. En resumen, es un libro que alguien tenía que sacar en mitad de la más productiva y sonada de las burbujas del deporte español. En consecuencia, usted debe adquirir este libro, o exigir que se lo presten una vez en la vida. Encontrará textos que ningún aficionado a correr debería perderse. Y ningún amigo de alguien que corre debe dejar de tenerlos en cuenta. Están contados con un vaso en la mano y barba de dos días. Vale. Regañando un poco. Eso es el efecto del limón. Este es el típico libro para saberlo todo sobre el famoso running. El típico regalo que haces para perder la amistad de tu compañera deportista o de tu hijo, al que intentas animar igual que hiciste tú en aquellos años gloriosos del correr sin aparatos. Después de treinta años corriendo, ahora toca enseñar a esos millones que ahora corren. Es hora de mirar atrás y arrepentirse de todo. Como tropezamos con la misma piedra dos y tres veces, seguramente para poder seguir haciendo lo mismo."